Arturo Valls ‘sale del túnel’ y se traviste en la portada de Shangay

Arturo Valls da la campanada. Y gorda. Con estas fotos travestido que ocupan la portada de Shangay y con Los del túnel, su nueva película, el la que, además, debuta como productor. No hay mejor sensación cuando uno se sienta delante de la gran pantalla que, más allá de las expectativas, verse sorprendido por lo […]

16 enero, 2017
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Arturo Valls ‘sale del túnel’ y se traviste en la portada de Shangay

Arturo Valls da la campanada. Y gorda. Con estas fotos travestido que ocupan la portada de Shangay y con Los del túnel, su nueva película, el la que, además, debuta como productor. No hay mejor sensación cuando uno se sienta delante de la gran pantalla que, más allá de las expectativas, verse sorprendido por lo que se encuentra. Y eso es precisamente lo que ocurre con Los del túnel, una comedia sutil y diferente que guarda una historia profunda y reflexión posterior. No es la carcajada banal, muy recurrente y loable de unos año hacia aquí, sino el tratar de encontrarse a uno mismo cuando la vida te da una segunda oportunidad.

Y es que la nueva película de Pepón Montero tiene como punto de partida una catástrofe y sus supervivientes, que tras estar atrapados en un túnel durante 15 días y salir vivos de milagro, se enfrentan al vértigo de la gran pregunta: ¿Y ahora qué hacemos con nuestras vidas?  A partir de ahí se descubre lo patético que puede ser pretender no ser tú mismo. A veces, el esfuerzo heroico de ser el mejor puede resultar muy triste, así que les convendrá volver a sus orígenes y hacer autocrítica. Como ejemplo, uno de los protagonistas decide salir del armario y contarle a su conservadora familia que tiene novio desde hace años, y no está dispuesto a esconderlo en esta segunda oportunidad vital.

Metido de lleno en todas las tramas anda el polifacético Arturo Valls, que además de las labores de protagonista interpretando a Toni, es el productor de la película. Escudado por las geniales Natalia de Molina y Neus Asensi, sufre la crisis existencial de los 40 y se plantea cómo el egoísmo le ha podido dominar todo este tiempo sin tener en cuenta nada más allá de su ombligo. La pena y el susto es que en la vida real también necesitamos un drama o rechazo social para crecer y madurar, tal y como le ocurre a su personaje. Con ellos tres y el resto de reparto, la sonrisa (sutil y diferente) está más que garantizada.

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