Bullying a Andreíta: no tiene por qué ‘comerse ese pollo’

Andrea Janeiro, nuestra Andreíta, ha cumplido 18 años. Una fecha señalada para el mundo de la prensa rosa, ansiosa por ejecutar la anunciada despixelización de las fotos de archivo de la hija de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique. A partir de la medianoche del 20 de julio de 2017 ya no era necesario taparle […]

Pablo Carrasco de Juanas

Pablo Carrasco de Juanas

Mariquita inquieta. Siempre llevo la cámara cargada por si aparece la reina Letizia (…o Leticia Sabater). ¡Ah!, también escribo.

21 julio, 2017
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Bullying a Andreíta: no tiene por qué ‘comerse ese pollo’

Andrea Janeiro, nuestra Andreíta, ha cumplido 18 años. Una fecha señalada para el mundo de la prensa rosa, ansiosa por ejecutar la anunciada despixelización de las fotos de archivo de la hija de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique. A partir de la medianoche del 20 de julio de 2017 ya no era necesario taparle la cara con tomates ni filtros de fantasía. Andreíta –una niña a la que muchos hemos visto crecer sin saber cómo era su cara, por la ley de protección al menor– se convertía en mayor de edad y, por lo tanto, quedaba oficialmente expuesta en la plaza del pueblo, como en una especie de circo romano. Y a la pequeña –recordemos que aunque tiene 18 años sigue siendo muy joven– no le quedaba otra que recibir los golpes con la mejor de sus sonrisas, que ‘comerse el pollo’ quiera o no quiera. “Andrea, coño, cómete el pollo”, gritaba desesperada Belén Estaban hace ya muchos veranos cuando su hija era una niña en la piscina de su hotel de Benidorm. “Andreíta, jódete y cómete el pollo”, gritan ahora en las anónimas redes los especialistas en insultos y descalificaciones.

Bullying a Andreíta: no tiene por qué ‘comerse ese pollo’

Contra todo pronóstico, la prensa del corazón tradicional –a la que se acusa muchas veces de carecer precisamente de eso, de corazón– ha sido una vez más la que ha desmontado ese mito, tratando con relativo respeto la pequeña. Ha sido el circo romano de las redes sociales el que ha hecho el mayor ejercicio de bullying que se recuerda últimamente. ¿Y cómo es eso de que estamos contra el bullying en los colegios, especialmente un colectivo como el nuestro, tan proclive a sufrirlo, y luego somos los primeros en practicarlo?

No vamos a reproducir aquí los comentarios que han se han escrito sobre Andrea, que seguramente todo el mundo habrá visto, leído y puede que hasta difundido. Es lo que tiene este circo de millennials: las posibilidades digitales multiplican a los antiguos espectadores del circo romano, y el anonimato online hace que la agresividad alcance cotas inimaginables. Resulta indignante que quienes critican el bullying sean luego quienes más lo practican, refugiándose en el anonimato de un nik falso y/o en que la madre de la acosada se llame Belén Esteban.

Bullying a Andreíta: no tiene por qué ‘comerse ese pollo’

Sí, vale, Belén Esteban es carne de cañón por méritos propios. Ha hecho de su vida un circo mediático, ha podido cometer miles o millones de fallos. Nadie lo duda. Por ello es una de los personajes estrella de este país, en donde el amor/odio está a flor de piel. De hecho, la propia ‘princesa del pueblo’ lo sabe y ha reconocido que puede que su hija se vea expuesta al circo por su culpa. Pero es que Andrea, nuestra Andreíta, no tiene por qué comerse ‘ese pollo’… No es justo.

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