Yearbook (Anuario) parte de la tradición universitaria norteamericana, la del libro más o menos formal que recoge a todos los graduados de instituto, para darle la vuelta radicalmente. Esta enorme instalación fotográfica, de imágenes en vinilo que cubren literalmente las paredes allá donde se exhibe, fue presentada en Art Basel con indudable éxito. Ahora llega a Málaga, a La Térmica, el centro cultural de mayor movimiento de Andalucía y una de las nuevas perlas culturales de una ciudad que ha sabido cambiar su fórmula turística para bien de sus habitantes.
Este trabajo es un paso más en la carrera de Ryan McGinley (New Jersey, 1977), el joven prodigio de la fotografía estadounidense, hoy mentor de otros jóvenes artistas, músicos, escritores y fotógrafos desde su muy visitado estudio de Brooklyn, donde fotografía a aquellos que le seducen, pero también en su afán de trazar tanto un mapa generacional fehaciente como en atrapar una sexualidad actual libre al fin de cualquier convención estética o moral. Desde The Kids Are All Right (2002), una larga serie en la que presentaba las bacanales nocturnas de sus amigos skaters, su trabajo quizá haya perdido aquella radical espontaneidad, pero no esa contagiosa alegría de vivir: la sensación constante de estar presenciando una celebración de la juventud, la belleza, la desnudez y la libertad.
Algo presente en la obra del fotógrafo desde antes de los orígenes: “En mi quinto año en la Escuela Parsons de Nueva York (donde estudiaba diseño gráfico) tuve una clase con el fotógrafo y teórico George Pitts. Se titulaba La desnudez, la sexualidad y la belleza en fotografía. Tuvo una influencia tan grande en mí que me he ceñido a esas tres palabras durante toda mi carrera”, confesaba en un reciente discurso de bienvenida para los nuevos alumnos de la escuela. El origen también parece estar vinculado con la terrible muerte de uno de sus hermanos, en plena juventud, por problemas derivados del VIH.
Sea como sea, en Yearbook McGinley ahonda en sus reciente forma de usar los fondos de color (presente en una serie anterior, Animals) y en la disposición de las imágenes al modo de abigarrado conjunto de pósters, usando ambos elementos con el expreso deseo de llevar al espectador a una suerte de clímax emocional. El resultado, sí, es el previsible: unas enormes ganas de amar y celebrar. Id preparados, que es posible que os salgan amantes en la mismísima sala.
Yearbook de Ryan McGinley puede visitarse en La Térmica de Málaga (Avda. de Los Guindos, 48) hasta el 4 de febrero. Más información en www.latermicamalaga.com
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