«Si la Iglesia tacha a los homosexuales como una abominación, los hombres que participen en estas prácticas merecen ser castrados». Con esta afirmación hace un par de años saltaba a la fama Robert Mugabe, presidente de Zimbabue y abanderado de la homofobia mundial. Pues bien, en su afán por volver a dar la vueta al mundo derrochando vergüenza ajena, lo ha vuelto a conseguir.
Y para asegurarse el foco mediático no hay nada más inteligente en estos momentos que atacar a Estados Unidos después de que su Tribunal Supremo aprobase el matrimonio igualitario en todo el país. Tal cual. Burlándose de la ley de Barack Obama, Mugabe ha asegurado que se trasladará a Washington, se pondrá «de rodillas» y «pediré su mano».
El líder africano realizaba estas declaraciones en su entrevista semanal a la radio ZBC. «Yo sólo he concluido que desde que el presidente Obama respalda el matrimonio entre personas del mismo sexo también aboga por la existencia de las personas homosexuales. Además, goza de una fisonomía atractiva», continuaba ironizando.
Y el gran alegato: «No puedo entender cómo esta gente se atreve a desafiar las órdenes explícitas de Cristo que prohíben la sodomía. El Gobierno estadounidense está dirigido por pervertidos adoradores de satanás que insultan a la gran nación americana. La tradición y el patrimonio estadounidense se basan en los principios cristianos nobles, pero en detrimento de esta gran nación, la élite política corrupta está actuando de acuerdo a sus caprichos diabólicos». Cuesta creer que se encuentra en sus cabales. 35 años en el poder y ahí sigue, oye.
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