Quitarse el condón durante el sexo, una práctica de violencia sexual

No os vamos a hablar de una tendencia sexual ni una moda en las relaciones sexuales, sino de algo que podría considerarse un acto de violación. El stealthing, la última muestra de violencia sexual, es una práctica en la que el hombre se desprende del preservativo sin el consentimiento de su pareja.

El chico comienza a tener sexo con su pareja con el condón puesto, tal y como acordaron previamente, pero sin que esta se dé cuenta se lo quita. Finalmente, acaba eyaculando sin la protección.

Un estudio realizado por Alexandra Brodsky, que ha publicado recientemente la Revista de Columbia, profundiza sobre este fenómeno. “Uno de mis objetivos con el artículo es proporcionar un vocabulario y crear formas para que la gente hable de lo que es una experiencia muy común que a menudo se describe como mal sexo en lugar de violencia”, ha manifestado la autora del informe en declaraciones a The Huffington Post. Brodsky ha recogido en su estudio relatos que comparten una misma idea: “No estoy seguro de si esto fue violación”.

Quizás cueste asociar esta práctica con lo que la mayoría de la gente entiende por violación, porque en el imaginario colectivo se sigue asociando la violencia sexual con callejones oscuros y sometimientos sexuales por parte de desconocidos.

El stealthing expone a las víctimas a problemas similares a los de otros tipos de abuso sexual: sentimiento de vergüenza, confusión, pérdida de autonomía e infecciones de transmisión sexual.

Es importante hacer saber que muchas veces el agresor es la propia pareja, y la violencia sexual se puede producir en la cama de uno mismo, sin que la víctima sea consciente de que lo que ha pasado entre sus sábanas es un abuso sexual. Un ejemplo es el fenómeno del que hablamos, el stealthing.

Recientemente, se ha dado a conocer que la Corte Criminal de Lausana (Suiza) ha condenado a un hombre por un delito de violación debido a que se quitó el condón durante el sexo sin que su pareja lo supiera.

A pesar de todo esto, aún no se ha reconocido de manera oficial esta práctica como violencia sexual, aunque cada vez son más los que piden que se incluya dentro de este tipo de delitos. El consentimiento debe ser uno de los pilares fundamentales de cualquier tipo de relación, de no ser así estaremos aproximándonos al concepto de violación.

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