Una comedia romántica aderezada con dulces y frutas

No hace mucho que Louise (Virginie Efira) se ha quedado viuda, y tanto ella como su hija se han tenido que encargar del negocio familiar, una plantación de peras en la Provenza cuya fruta y productos ecológicos suelen vender en un puesto del mercado cercano. Pero su granja es deficitaria, el banco amenaza con un […]

29 julio, 2016
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Una comedia romántica aderezada con dulces y frutas

No hace mucho que Louise (Virginie Efira) se ha quedado viuda, y tanto ella como su hija se han tenido que encargar del negocio familiar, una plantación de peras en la Provenza cuya fruta y productos ecológicos suelen vender en un puesto del mercado cercano. Pero su granja es deficitaria, el banco amenaza con un embargo, y los clientes no se creen que Louise tenga las mismas capacidades como agricultora que su difunto marido.

Una comedia romántica aderezada con dulces y frutas

Todo cambia un día cuando, a la vuelta del mercado, Louise atropella a un desconocido. Es Pierre (Benjamin Lavernhe), un hombre peculiar y excéntrico, fanático de los dulces –en especial del pastel de pera– y con un trastorno autista con el que ha desarrollado una gran velocidad mental para las matemáticas y que le obliga a mantener un orden estricto en todo lo que le rodea. Pero su presencia es desconcertante, y por eso Louise tratará de mantenerlo fuera de su vida sin saber que, en realidad, ha llegado para ayudarle.

Con Pastel de pera con lavanda, el director francés Éric Besnard firma lo que denomina “una película sensorial”, más centrada en las sensaciones que en los hechos. “Partí de esta idea, de olvidar un poco la narración, de provocar un sentimiento. Soy guionista, a menudo para los demás y algunas veces para mis propias películas, y escribo mucho, con distintos propósitos y en distintos géneros, pero siempre con la voluntad de contar una historia, de ser comprendido por aquellos que la ven. Sin embargo, en este caso, quería otra cosa, algo menos racional. Escribí tras un duelo. Quería trabajar en la detención del tiempo, en la permeabilidad emocional”.

Una comedia romántica aderezada con dulces y frutas

Y, de paso, centrarse en el autismo con un personaje que no cayera en la simpleza. “Las personas que padecen el síndrome de Asperger pueden tener dificultades en sociedad y, por esta razón, desarrollan sistemas de compensación. Sin embargo, poseen algo excepcional: van a lo esencial. Las pequeñas hipocresías del día a día les resultan incomprensibles. Ellos no son hipócritas. No hay juego social. Para ellos, la mentira es imposible, solo supone una pérdida de tiempo”, explica. “El personaje de Pierre es como es, un bloque. Es la mirada de los demás hacia él la que cambia. Por lo tanto, el objetivo se convirtió en hacer evolucionar el punto de vista del espectador sobre el personaje principal. Comprenderle, incluso envidiarle. La diferencia, considerada patológica al principio, se convierte en una cualidad. Me pareció que un personaje que padeciera el síndrome de Asperger podría permitirme trabajar en los temas que me interesaban. Un personaje así se encuentra en un estado de hipersensibilidad hacia el mundo. Así debería ser un director de cine”.


LA PELÍCULA PASTEL DE PERA CON LAVANDA SE ESTRENA EL 29 DE JULIO.


 

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