Cuando Meg encontró al cirujano
Meg Ryan acudía al desfile de George Chakra, en París, luciendo su mejor cara –mejor dicho, su nueva mejor cara– y dejaba a todos los presentes del revés. Ni una arruga, ojos achinados y barbilla suavizada. ¿Era esa señora tan estirada la mujer que fue icono en los 80 y 90 por su belleza natural? Sí, Meg había sido víctima de una auténtica restauración.
La adicción al bótox y a la cirugía de la protagonista de Tienes un e-mail viene de lejos, pero en esta ocasión se ha pasado de la ‘ryan’. Su renovada imagen no pasaba inadvertida para nadie, menos aún para los usuarios de Twitter, que la convertían en objeto de mofa comparándola con la Duquesa de Alba, Karmele Marchante o el Ecce Homo de Borja. #MegRyan ya era trendig topic mundial.
La lucha contra el paso del tiempo de las actrices está pasando factura a las más guapas de Hollywood. Todas quieren mantenerse jóvenes para no sufrir el rechazo de una industria que fagocita sangre nueva sin compasión. Reese Witherspoon, Nicole Kidman, Catherine Zeta-Jones y en especial Renée Zellweger han sido los casos de exceso de bisturí más sonados en los últimos tiempos. Claro, que también puede hacer como Uma Thurman y decir que todo ha sido un problema del maquillaje…