Jordi Sánchez (Antonio Recio): “LQSA no va contra los gays”

“Con lo hijo de puta que es el Recio, ¿eh?”. Después de casi una década interpretando a uno de los personajes más surrealistas de la televisión, quién le iba a decir a Jordi Sánchez, que se iba a convertir en uno de los rostros más admirados de la pequeña pantalla. El homófobo Antonio Recio y […]

12 diciembre, 2016
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Jordi Sánchez (Antonio Recio): “LQSA no va contra los gays”

“Con lo hijo de puta que es el Recio, ¿eh?”. Después de casi una década interpretando a uno de los personajes más surrealistas de la televisión, quién le iba a decir a Jordi Sánchez, que se iba a convertir en uno de los rostros más admirados de la pequeña pantalla. El homófobo Antonio Recio y La que se avecina tienen la culpa.

Mientras le encuentra explicación, el actor y director catalán disfruta de la taquillera adaptación del bestseller malasañero No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, sin duda la comedia con más plumas del otoño. Allí encarna a Arturo, “un tío que está en un estado de gracia fantástico y se dedica a disfrutar de todo lo que ha sembrado… Hasta que su mujer le dice que tiene un amante desde hace dos años, le jode la vida y lo manda todo a paseo”. Un Sánchez más contenido y menos cascarrabias de lo habitual, pero tan hilarante como nos tiene acostumbrados. Y con guiño LGTB incluido: “No sé si te puedo contar eso… Él se deja llevar y al final de la peli hay un momento de vamos a jugar, vamos a probar, hay que vivir y experimentar”, explica, y emplaza a visitar el cine para comprobarlo.


“Antonio Recio como persona es un horror, pero como personaje es un bombón, tiene todos los pecados capitales”


En cuanto puede, huye de los focos, coge lápiz y papel y se pone a escribir. Y fue precisamente uno de sus textos teatrales lo que le catapultó a la fama. Krámpack, ese despertar sexual de dos jóvenes que son amigos, se ha convertido además en una obra de culto LGTB, después de que Cesc Gay lo llevase al cine.  Sin duda, un punto de inflexión en su carrera. “Era la primera obra que escribía, la llevamos a un teatro de Barcelona. Nunca había ganado dinero ni como actor ni como autor hasta que hice Krámpack, recuerda nostálgico.

Jordi Sánchez (Antonio Recio): “LQSA no va contra los gays”

Sánchez coge el AVE cada fin de semana para volver a Barcelona –“me vine a Madrid para ocho meses y llevo casi diezaños”– , donde da rienda suelta a su gran pasión y continúa triunfando (su última creación, Avui no sopem, ha cosechado buenas críticas en el Teatre Condal). Ese polifacetismo es clave para entender cómo lleva tantos años en el prime time de Telecinco con La que se avecina: “A mí me va muy bien escribir, y como la serie dura seis meses al año, el resto estoy en casa escribiendo. Si solo hiciese un personaje ,sí que es verdad que por mucho que te guste te puede aburrir, pero no es el caso, me sigue haciendo mucha gracia”.

La serie y ese mayorista que no limpia pescado no necesitan mucha presentación. Con él se produce un extraño fenómeno, admirado en la ficción pero odiado si realmente fuese nuestro vecino. “La única consigna es que tenía que caer bien como sea, y eso era muy complicado porque ofende a todos los colectivos. Todo le sale mal, no tiene amigos… y ese punto de niño malo lo acerca a la gente”, aclara. Puede que el éxito de la producción resida en la excentricidad de sus personajes, pero Jordi tiene claro dónde dirigir el mérito: “El guion es fundamental, los hermanos Caballero escriben muy bien, son de los mejores dialoguistas que hay”.

Jordi Sánchez (Antonio Recio): “LQSA no va contra los gays”

Recio, racista, machista y homófobo ­–“como persona es un horror, pero como personaje es un bombón, tiene todos los pecados capitales”–, tiene tan pocas virtudes que supone un gran atractivo como actor para Sánchez, que ha de potenciar las suyas al máximo. “Prefiero hacer a Hitler que a un personaje neutro, tienes mucho más a lo que agarrarte. Lo que me gusta es meterme en la piel de otras personas, para hacer de mí mismo me quedo en mi casa”.

La gratitud que siente hacia el personaje de Recio se la recuerdan a menudo por la calle sus fans, y para ellos solo tiene buenas palabras. “El que la gente te salude y reconozca es bonito, a nadie le molesta que le feliciten por su trabajo, aunque cuando estás en sitios públicos es un poco complicado. Es como salir por la puerta de una boda todos los días”. Ser un ídolo de masas y que medio país se sepa tus coletillas es lo que tiene.

Desde hace un par de temporadas (ya anda rodando la décima), su hija transexual Alba, interpretada por Víctor Palmero, ha acentuado todavía más (si es que se podía) ese afán discriminatorio de Antonio. Este intenta suministrar a Alba unas pastillas que, supuestamente, curan la homosexualidad, y el disparate no fue bien recibido por parte del público, que mostró su descontento en redes. Lejos de una ofensa, se trata de visibilizar y normalizar el colectivo LGTB entre su millonaria audiencia: “Supongo que hay gente a la que no le ha gustado, pero yo creo que es bueno y muy transgresor. Lo que está claro es que la serie no se mete con los colectivos, hace crítica a los intolerantes, no va contra los gays”. Y ahí continuará Jordi Sánchez, mientras el éxito le siga dejando su espacio para escribir.


FOTOS Danniel Rojas


 

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