Con ustedes, Mr. Christian Grey, probablemente el amante más famoso de la historia reciente. Envuelta en un mar de misterio, llega por fin a los cines Cincuenta sombras de Grey, el fenómeno convertido en thriller erótico.
Para muchos, Jamie Dornan ya era una suerte de Christian Grey mucho antes de que el bestseller de E.L. James se cruzara en su carrera. Gracias a su trayectoria como modelo, Dornan ha sido un anhelado objeto de deseo para la comunidad gay, especialmente desde que llamara la atención por protagonizar semidesnudo una campaña para la más famosa firma de calzoncillos que conocemos. Aquello le catapultó a lo más alto como modelo –antes conocimos otra campaña de una célebre casa de perfumes francesa, que inundó con su rostro revistas y marquesinas– y le permitió dar un primer paso en su vocación paralela, la de actor.
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Basta recordar su breve –casi muda– pero hipnótica aparición en Maria Antonieta, de Sofia Coppola, para saber que aquella primera incursión en el cine no sería la única. Más tarde vendría su papel de asesino en la serie La caza, con el que el público medio terminaría de familiarizarse y, casi sin hacer ruido, a sus 32 años Dornan ha pasado de ser uno de los modelos de publicidad más cotizados a conseguir el papel más codiciado del momento.
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Tras barajarse un sinfín de nombres, del barbudo Charlie Hunnam al abiertamente gay Matt Bomer, finalmente fue el británico el escogido para encarnar a Christian Grey, o lo que es lo mismo, la sublimación de las fantasías sexuales con las que E.L. James ha conquistado el mundo editorial. “Nunca había interpretado a un personaje como Christian. Es fascinante y profundo a todos los niveles, me he esforzado en encarnarlo de la forma más sincera posible”, cuenta el actor sobre el joven y triunfador magnate aficionado al sado que interpreta. Y la directora Sam Taylor-Johnson –antes conocida como Sam Taylor-Wood– tiene claro el porqué de esa fascinación: “Jamie Dornan es fantástico y perfecto para Christian Grey. Aporta mucha elegancia al personaje, pero además tiene esa aura misteriosa que todos esperamos en Christian. Es un actor extraordinario e interpreta a Christian exactamente como debe ser”.
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La adaptación de la novela de Cincuenta sombras de Grey se estrena convenientemente la víspera de San Valentín, pero sus responsables ya han avisado de que la cinta ofrece una versión más sofisticada sobre el sadomasoquismo que la que aparece en el libro. Nada de vulgaridad y, en efecto, algunos de los más polémicos pasajes sexuales, los más subidos de tono o disparatados, se han eliminado –especialmente comentada ha sido la supresión de un morboso capítulo que involucra un tampón–. Quizá por eso, las críticas sobre la falta de química entre la pareja que forman Dornan y Dakota Johnson no han tardado en surgir. Habladurías si tenemos en cuenta que pocos han sido los privilegiados que han podido ver la cinta antes de su estreno, por lo que muchos solo se han basado en las especulaciones propias de una producción rompetaquilla tan custodiada como esta. El secretismo fue tal que ni siquiera los propios actores pudieron presentarse al casting con una escena de la película preparada –con el objetivo de que no divulgaran el guion a sus anchas– y, para evitar curiosos, durante el rodaje el equipo ocultó el título de la película y optó por utilizar el seudónimo The Adventures of Max and Banks en toda comunicación oficial. Tanto sigilo surtió efecto de inmediato: el primer tráiler de la cinta se convirtió en el más visto del pasado año en YouTube.
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Cualquier ruido es bueno para una película como esta, una actualización del thriller erótico noventero que sirve como una breve introducción para las masas a las prácticas del bondage, el juego de roles y el sadomasoquismo. “Christian siempre ha tenido relaciones dominantes. Ellas firman un contrato que a él le permite tratarlas exactamente de acuerdo con lo que han acordado. Las reglas siempre han sido muy claras, se han negociado y se han aceptado por escrito antes de que haya cualquier contacto físico”, explica el actor. Hasta que conoce a Anastasia (Johnson), una universitaria modosita, y estalla el conflicto sentimental.
“Lo lógico sería que una chica sin experiencia echara a correr, pensando que Christian es la persona más retorcida que jamás se ha cruzado en su camino. Pero Ana no es así; en vez de huir, intenta entenderlo”, dice. Su personaje solo se siente totalmente liberado en su habitación privada de juegos –la Sala Roja– donde puede hacer lo que realmente quiere. “Sus relaciones siempre han dependido del entorno en que se han desarrollado. Solo en este espacio es capaz de tener relaciones íntimas con una mujer. Así ha sido hasta que conoce a Ana; a partir de entonces se trata de superar los límites, de salir de la Sala Roja”. O de luchar contra la tentación. Por eso no cabe ninguna duda de que Cincuenta sombras de Grey es el primer gran fenómeno cinematográfico de este año. Imposible resistirse.
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