Da la sensación de que para Ariana Grande darlo todo significa contentar a todo el mundo. Vaya si lo hace con su segundo álbum, un solidísimo producto pop que supone un paso adelante tras el estimable Yours Truly. Si aquel era un atrevido ejercicio de nostalgia r&b comandado por Babyface, en esta ocasión se impone el signo de los tiempos: apostar por la más absoluta versatilidad aun a riesgo de ofrecer un producto sin personalidad.
De momento, el distintivo timbre de soprano de Grande, convenientemente realzado y tratado según procede, sigue resultando lo suficientemente reconocible como para que en My Everything deje su huella, cante lo que cante.
No solo Problem está destinada a perdurar en los anales de pop –aunque sea lo más brillante del disco–, el r&b retro le sigue sentando muy bien, como prueban Be My Baby y Only I. Y el sample de Diana Ross en Break Your Heart Right supone un acertado guiño disco gay, igual que funciona su emparejamiento con The Weeknd en Love Me Harder. Y que se defienda tan bien en el EDM (no solo Break Free es buena, One Last Time, firmada por David Guetta, también) supone un plus para reafirmar su apuesta por la diversidad. Aquí hay singles para rato, y eso es lo que realmente cuenta.
Nota: 7,5
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