¿Quién tiene la culpa del caos del Orgullo?

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Escenarios que cambian de ubicación o desaparecen, nuevas medidas de seguridad instauradas a última hora, decibelios que molestan, manifestación que cambia de recorrido… ¿Por qué la marcha del Orgullo Gay de Madrid parece pillar siempre desprevenidas a las instituciones? ¿Acaso el desfile de carrozas no se celebra todos los años desde hace casi dos décadas? ¿La seguridad tiene que ser mayor en el Orgullo Gay que en otras celebraciones como la de la Copa de Europa? ¿Por qué la multitud se puede agolpar en Gran Vía para saludar a la comitiva real pero no a las carrozas del Orgullo? ¿Por qué el Ayuntamiento no apoya públicamente el Orgullo Gay cuando en las ferias de turismo en el extranjero promociona Madrid como destino LGTB? ¿Por qué no se apueba un reglamento específico para estas fiestas populares?

Hay una incógnita mayor que todas esas: quién se responsabiliza de una evidente falta de organización que, desde la calle, se interpreta como un intento de boicot. Debería ser el Ayuntamiento, pero su máxima responsable, Ana Botella, da la callada por respuesta un año más y nada se sabe de su paradero. Sí ha hablado, por el contrario, la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, a quien no corresponde la gestión de la organización, pero cuyas recientes declaraciones restando importancia al carácter reivindicativo de la marcha no sentaron nada bien a las asociaciones LGTB. “Existen dudas de que este tipo de acontecimientos entren dentro del derecho de reunión”, declaró. Para la Delegada, una manifestación con carrozas era “otra cosa”, con un carácter distinto al resto de manifestaciones. Sin embargo, días más tarde rectificó en su cuenta personal de Twitter y con estas palabras en una entrevista a Público: “Es obvio que el Orgullo LGTB es una manifestación, pero también una fiesta… No me malinterprete. Llevo más de la mitad de mi vida apoyando las reivindicaciones del colectivo. Matrimonio homosexual, adopción…”.

Desde aquí nos preguntamos por qué los problemas para celebrar el Orgullo Gay de Madrid con total normalidad se multiplican siempre en el último momento.