Ayer jueves, 48 personas fueron detenidas durante la marcha del Orgullo gay que tuvo lugar en Jerusalén, a la que asistieron más de veinte mil personas.
Gracias al gran dispositivo de fuerzas y cuerpos de seguridad desplegado en la zona con el objetivo de garantizar la máxima protección posible, se pudo detener a varios individuos que portaban consigo armas blancas y que eran potencialmente sospechosos de poder irrumpir o incluso dañar a los asistentes al evento. Además, los cuerpos de seguridad disuadieron una contramanifestación, evitando que sus miembros entraran en contacto con los manifestantes gays del Orgullo. La policía ha querido así impedir incidentes como el ocurrido el pasado año, donde una persona murió y otras seis resultaron heridas debido a las puñaladas efectuadas por un individuo radical ortodoxo, que recientemente acaba de ser juzgado y condenado a cadena perpetua.