BAD GYAL – “WORLDWIDE ANGEL” (PURO RECORDS/CANADA)
Imposible no recordar aquella frase con la que el New York Times definió a la indefinible Lola Flores: “Ni canta ni baila, pero no se la pierdan”. Bad Gyal baila, y tanto; cantar, canta a su manera, profundamente autotuneada. Pero como ocurría con La Faraona, la raíz de la fascinación que despierta Bad Gyal [a la que hemos entrevistado] es imposible de explicar. Su magnetismo todavía no se puede asociar a un talento artístico concreto, y es lo que la hace especial.
Su segunda mixtape –podría definirla perfectamente como ‘álbum’– supone un paso adelante de la artista, que aun siendo trapera demuestra que no se cierra a un género que empieza a agotar por el exceso de clichés fáciles a los que recurren tantos de los que lo practican. Que le tiran el hip-hop y el dancehall es un hecho, y es de alabar que los incorpore a tu ‘tra’ sin que suene impostado. Tampoco en sus letras va de algo que no es. La ingenuidad que rezuma Internationally, crónica de su éxito, te hace amarla. Su manera de incorporar el servicio social a su música nos revela lo que ha evolucionado la tradición del cantautor: que “las niñas quieren tra”, pues ella se lo da (Tra).
Merece la pena resaltar la colaboración de, entre otros, El Guincho y Fakeguido, porque, en un caso como Yo sigo igual, a caballo entre un reguetón a lo Chantaje de Shakira y Maluma –su deje en catalán se parece incluso al del colombiano cuando se pone sensual– y un corte de nu disco reposado, logran sacar oro de Bad Gyal. Y, claro, Blink, lo más hiphopero de la mixtape, aunque pasado por el filtro jamaicano, es un temazo indiscutible, de esos que nos recuerdan que si Bad Gyal fascina ya como Mala Rodríguez cuando la descubrimos, es porque tiene algo que la hace muy especial. “Me gusta el perreo”, repite una y otra vez en Blink. Y a nosotrxs cómo lo practicas. ⭐⭐⭐ 1/2
SUPERORGANISM – “SUPERORGANISM” (DOMINO/MUSIC AS USUAL)
Si serán solo flor de un día o no, víctimas de su propio hype, es imposible saberlo a día de hoy. Ahora mismo lo importante es celebrar que este colectivo multicultural que comparte piso en Londres ha facturado un debut irresistible, uno de esos discos que reflejan como pocos el zeitgeist del momento en que ha sido creado. La obra de ocho personas, encabezadas por la joven prodigio Orono Noguchi, que pueden presumir de que cada uno de sus temas tenga potencial de single. El suyo es tecno-pop evolucionado en donde cada tema está repleto de pequeños detalles sonoros a ir descubriendo, con lo cual te invita a escucharlo una y otra vez. ⭐⭐⭐⭐
STARCHILD & THE NEW ROMANTIC – “LANGUAGE” (GHOSTLY INTERNATIONAL)
Los lectores millennials seguramente no sepan quién es Paul Young, pero en los 80 fue todo un referentes del soul pop británico. Y es que Starchild recuerda poderosamente a él en Mood. Es solo una excepción, porque en el resto de este interesante álbum le escuchamos como discípulo de grandes del P-funk como George Clinton y de leyendas del sonido Minneapolis como The Time y Sheila E. (que bien podría haber grabado Black Diamond en su etapa como protegida de Prince). Por supuesto, es fácil emparentarle con Blood Orange, otro proyecto en donde ha quedado evidenciada su pasión por el funk de los 80. En su esmerado debut demuestra que lo lleva en la sangre… y que tiene bien estudiados a los clásicos. ⭐⭐⭐ 1/2
EZRA FURMAN – “TRANSANGELIC EXODUS” (BELLA UNION/PIAS IBERIA)
Hay que agradecer la mera existencia del carismático artista de género fluido de Chicago, que en su brillante cuarto álbum demuestra, una vez más, que la diversidad LGTBI también hay que celebrarla en la música. Este disco es una especie de road movie que abre con una auténtica joya, Suck The Blood From My Wound, un chute de rock enérgico a caballo entre The Velvet Underground y un tema del David Lynch más caótico. Furman apuesta por el rock de finales de los 60 y los 70 como columna vertebral de un disco aparentemente caótico, de sonido denso, pero tan cuerdo como fascinante. ⭐⭐⭐⭐
JUSTIN TIMBERLAKE – “MAN OF THE WOODS” (RCA/SONY MUSIC)
La absoluta falta de inspiración que rezuma este disco es una losa insalvable. No terminas de entender qué pretendía Timberlake con este trabajo, en donde intenta combinar el espíritu de sus dos primeros discos, añadiéndole además un toque ‘country adulto’, sin acierto. Incomprensible que pensara que Filthy es un tema interesante y sexy, que creyera que Midnight Summer Jam pudiera estar a la altura de Rock Your Body –si aquel era un pizpireto descarte de Michael Jackson, esta no vale ni como descarte propio–, que se olvidaran en Wave de incluir un estribillo decente… y así hasta dieciséis deslices. Mal. ⭐⭐
IBON ERRAZKIN – “FOTO AÉREA” (ELEFANT RECORDS)
“This is not music, this is a trip”. Así arrancaba una legendaria remezcla de Alphabet Street de Prince, y es una frase que se puede aplicar perfectamente al nuevo álbum de Errazkin, que a la espera de un nuevo álbum de Single junto a Teresa Iturrioz –que colabora en temas como El objeto– propone un viaje sin destino fijado. Es un álbum principalmente instrumental en el que, como suele hacer en sus proyectos en solitario, huye de obviedades y patrones pop. Estos solo aparecen tímidamente en Lazy Afternoon, ¡donde Ibon canta! Cortes como Earth By Night, auténtica joya, son excusas escapistas que no habrían desentonado en la banda sonora de Call Me By Your Name, con esa manera de tocar la guitarra que te mece y que, cuando has disfrutado el álbum completo, sientes que te ha transportado a un lugar mejor. ⭐⭐⭐⭐
PAPAYA – “CORAZÓN ABIERTO” (JABALINA)
Qué maravilla que abran su segundo disco con ¡Ay, mujer!, que de primeras te puede sonar a un clásico del Dúo Dinámico o Los Brincos, pero claro, como la canta la abiertamente lesbiana Yanara Espinoza, pues la intención es bien distinta. Es realmente interesante la manera en que el trío apuesta por la canción ligera –en el mejor sentido– trufada de influencias del folklore latino. Corazón abierto es una ruleta rusa donde todo es imprevisible, la cualidad que hace destacar a Papaya. Porque cuando piensas que ya les tienes pillado el punto, se descuelgan con un temazo de rollito dancehall tan calenturiento como Amor o sexo, y te das cuenta de que no se puede dar nada por sentado cuando escuchas este álbum. ⭐⭐⭐1/2
TRACEY THORN – «RECORD» (CAROLINE/MUSIC AS USUAL)
Con un título así de breve y conciso, y nueve canciones nombradas también con una única palabra, el nuevo disco de una de las grandes voces del pop de las últimas cuatro décadas demuestra que sigue teniendo cosas que contar. Su apuesta por el tecno-pop de aromas ochenteros nos la devuelve revigorizada, y con una actitud combativa que no había vuelto a explotar desde los primeros 80 en Marine Girls. Aunque es en los medios tiempos donde realmente brilla, como en Face y Air. Y en la canción central del álbum, Sister, un brillante opus de space disco de casi nueve minutos en el que vuelca todo su arte. ⭐⭐⭐ 1/2
REEDICIONES DEL MES
ROXY MUSIC – “ROXY MUSIC”
Cumple nada menos que 45 años su álbum de debut, y es el momento ideal para (re)descubrirlo en esta nueva edición remasterizada. Comandado por Bryan Ferry, Phil Manzanera y Brian Eno, Roxy Music supusieron una revolución en el mundo del art rock, una nueva manera, sofisticada e intrigante, de entender la música con la que crearon escuela. Con numerosos extras en directo, Roxy Music supone una introducción ideal al universo de una banda legendaria, que a lo largo de los 70 y los 80 hizo historia con numerosos álbumes inolvidables. No fue el primero el que mejor definió su estilo, pero sí el que sentó las bases del mismo. Con una portada legendaria además, la primera de tantas, porque Roxy Music también crearon escuela con su universo estético, tan mimado e icónico. Merece la pena zambullirse en esta reedición tan cuidada. ⭐⭐⭐⭐
PET SHOP BOYS – “PLEASE”
Qué auténtico lujo es la colección Catalogue con la que el legendario dúo está recuperando toda su discografía en el sello Parlophone. Este mes han visto la luz, remasterizados, en nuevas ediciones físicas y también con caras b y remezclas sus tres primeros discos, Please, Actually e Introspective. Tres auténticas obras maestras del pop, y muestras del poderío con que irrumpieron para revolucionar el pop Pet Shop Boys. Please es simplemente una joya de principio a fin. Lo escuchas ahora, con la perspectiva del tiempo, y te das cuenta de que pocas veces un grupo ha logrado asentar sus señas de identidad con tanto tino y tanto arte. Una obra maestra del pop por la que no pasa el tiempo, qué lujo. ⭐⭐⭐⭐⭐