La Iglesia episcopal escocesa del Reino Unido se ha convertido en la primera en permitir los matrimonios homosexuales. Esto se ha logrado después de que el Sínodo de Edimburgo votara para eliminar la restricción de no celebrar los matrimonios de personas del mismo sexo (un sínodo, en la Iglesia protestante, como en la católica, es una reunión de pastores o respresentantes del clero para tratar asuntos internos). John Armes, obispo de la Iglesia episcopal, ha expresado su satisfacción y se ha mostrado “complacido” por “acercar nuestra Iglesia” a esa parte de la sociedad.
“Es muy emocionante abrir los servicios de boda a todas las parejas que quieren casarse. La gente de St Mary’s formó parte de la campaña para permitir que las parejas gays y lesbianas pudieran casarse en Escocia, por lo que no es sorprendente que quisiéramos ofrecer tales bodas en la propia catedral […] Quiero vivir en un mundo donde las parejas del mismo sexo pueden sentirse seguras caminando por la calle de la mano y en las que pueden sentir alegría caminando de la mano por el pasillo de una iglesia también”, decía el presbítero de la catedral.
Boda de Susan Douglas-Scott y Gerrie Douglas-Scottna. Uno de las primeros enlaces entre personas del mismo sexo en la Iglesia anglicana en Escocia.
A pesar de contar con la aprobación de la mayoría de los de los obispos, la Iglesia escocesa se encuentra entre la espada y la pared, ya que, como es de esperar, la mayor parte de la comunidad anglicana ha expresado su desacuerdo con la decisión. El matrimonio entre personas del mismo sexo se legalizó en Escocia a finales de 2014, y entonces tanto la Iglesia de Escocia como la católica romana se opusieron a esta medida.
Gracias a esto, las parejas homosexuales de otras partes del Reino Unido que deseen casarse por la Iglesia anglicana podrían dirigirse a Escocia y hacerlo libremente. Parece que, poco a poco, el mundo religioso va abriendo miras y avanzando, aunque todavía quede mucho camino por recorrer.
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