¿Qué es Stella Cadente? ¿Drama erótico sobre el rey Amadeo de Saboya? ¿Metáfora política? ¿Comedia camp con toque musical? Muchas de estas lecturas pasarán inadvertidas al espectador más complaciente, pero otros como el actor italiano Lorenzo Balducci saben ver en la primera película de ficción de Lluís Miñarro una celebración dionisíaca y retorcida, homoerótica y perversa, de los placeres de la vida. “He tenido que hacer cosas en esta película que no había hecho en mi vida. Entendía todo lo que sucedía en la historia, pero hay muchos niveles de comprensión. Algunas escenas no quedaban claras sobre el papel y tuve que adaptarme a ellas en el rodaje”, cuenta el actor.
«ME DABA MÁS VERGÜENZA HABLAR EN CASTELLANO QUE DESNUDARME»
El actor se refiere a dos controvertidas secuencias: en una, su personaje manifiesta su despertar sexual masturbándose con un melón, un acto onanista que Lorenzo tuvo que practicar de verdad y que Miñarro retrata explícitamente desde la distancia con la fascinación de un voyeur. La otra, más cómica, se recrea sin pudor en un plano detalle de sus genitales después de una relación sexual con el criado del rey. El director le ofreció la posibilidad de utilizar una prótesis de un pene o contratar a un actor porno que hiciera de doble, pero Lorenzo se negó. “No creo que me vuelva a encontrar con algo tan fuerte en mi carrera y como actor no me gusta que otra persona haga lo que yo debo hacer”. Tan entregado estaba, que incluso se tomó un viagra antes de rodar. “Es que no sabía cómo hacerlo, la duda me rondaba todo el rato y quería estar ‘listo’ para cuando llegara la escena”, confiesa entre risas. En ningún momento pensó que aquello era excesivamente provocativo o que enseñaba más de lo debido. “Sinceramente, me daba más vergüenza hablar en castellano que desnudarme. La escena es fuerte, sí, pero necesaria”.
Lorenzo es de los pocos actores italianos que ha manifestado públicamente su homosexualidad. Salió del armario en 2012 a propósito del estreno de Good As You, película que se promocionaba como la primera comedia gay italiana. “No quería hablar del personaje en tercera persona y desde un falso punto de vista heterosexual, era como si me faltara algo. Necesitaba dar una imagen de transparencia con el público. Me sucede lo mismo que con la escena de sexo, no decirlo habría sido una falta de respeto”. Y desde entonces, se ha convertido en improvisado referente LGTB en su país. “Tampoco creo en el outing, me gusta que la gente hable de esto con naturalidad, pero es importante hacerlo en profesiones como la mía o en el mundo del deporte. En Italia la situación es muy triste; salvo Tiziano Ferro, no conozco a otro famoso gay visible. Y no se dan cuenta de lo importante que es lanzar un mensaje de coraje en un país en donde a los políticos se les permiten declaraciones homófobas sin ninguna consecuencia».