El mejor Orgullo de Alejandra Guzmán

25 años de carrera y 25 millones de discos vendidos la confirman como una de las grandes intérpretes femeninas latinoamericanas de todos los tiempos. Una de esas cantantes de raza capaz de sobrevivir a las modas y a sus propios booms. Pero que en absoluto te hace pensar cuando hablas con ella que es una […]

Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

11 junio, 2014
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25 años de carrera y 25 millones de discos vendidos la confirman como una de las grandes intérpretes femeninas latinoamericanas de todos los tiempos. Una de esas cantantes de raza capaz de sobrevivir a las modas y a sus propios booms. Pero que en absoluto te hace pensar cuando hablas con ella que es una estrella distante y desconfiada, todo lo contrario. Logramos que nos atienda al teléfono desde Ecuador, donde hace parada su actual gira mundial, La Guzmán en Primera Fila. El enorme éxito del lanzamiento discográfico en vivo donde repasa sus hits y se marca dúos con Draco Rosa, Dani Martín, Mario Domm y hasta Beatriz Luengo debió de pillarla por sorpresa. Suponía su vuelta a los ruedos tras superar un cáncer de mama, y su público la esperaba con ansia. Lleva desde enero girando, ya ha estado en Estados Unidos, México y Centroamérica, y hasta ahora ha llenado en todos los conciertos. Lógico que esté pletórica.

    Atención: Alejandra Guzmán al aparato. “¡¿Qué pasa, macho?!”. Así arranca la conversación. Lo primero que hace es mandar recuerdos de su banda, que están pendientes de la entrevista y la jalean en todo momento. “Les mandan saludos a toda la familia Shangay. Uno de mis chicos en especial se muere de ganas de llegar ya a Madrid para actuar en su fiesta del Orgullo. Una tremendita que llevo en mi equipo”. La risotada de la Guzmán hace que retumbe el auricular. No va en absoluto de sofisticada, y su espontaneidad es una de sus grandes virtudes, algo que la acerca a un público masivo que la adora. “Me sentó de maravilla la noticia cuando supe que iba a participar en el Orgullo gay de Madrid. Estoy emocionada, porque hace mucho tiempo actué en Madrid en Joy, pero esto va a ser distinto, más divertido. Además, voy a presentar el que para mí es el mejor show que he hecho nunca”. Una gira que se ha producido ella misma y cuya aceptación le ha demostrado que en Latinoamérica había muchas ganas de que regresara a los escenarios. “Estoy viviendo el éxito de nuevo después de muchos años, así que comprenderás que esté tan contenta”.

«En Shangay Pride quiero sorprenderles y celebrar el amor por el amor»

    La Guzmán es mucha Guzmán. Si metiéramos en una coctelera a Tina Turner, Pat Benatar, Gloria Trevi y Ronnie Spector, probablemente saldría como resultado Alejandra. Rockera versátil que también tiene su garra como baladista pop, y que además en su último lanzamiento demuestra que se puede atrever tranquilamente con una bossa nova o una cumbia y salir airosa del intento. Son muchas tablas, claro, y ni las etapas de flaqueza ni la enfermedad han minado su pasión. “Empecé en el 89, ha pasado mucho tiempo… Siempre he visto la música como una terapia, y me ha sacado de muchas situaciones complicadas”. Nunca se ha ocultado, ni en sus etapas más complicadas, aquellas en las que ha tenido problemas con las drogas y el alcohol, o en la que se tuvo que enfrentar al cáncer. Es de esas artistas que viven a corazón abierto y comparten penas y alegrías con su público.

    Primera Fila es un proyecto especial para ella porque por primera vez quiso mostrar su fragilidad, una vez volvió a encontrarse en plenitud de facultades. “Me gusta mostrarme siempre tal cual soy”, explica. “Lo que nunca había hecho, hasta que apareció la enfermedad en mi vida, fue compartir mi fragilidad y mis ganas de vivir y luchar. Por eso mi último disco tiene un valor diferente. He tenido que pasar por momentos muy duros para estar donde estoy. Tener la oportunidad de recuperar mi salud y mi carrera es lo mejor que me podía pasar. De algo negativo ha terminado saliendo algo muy positivo, y ver que la gente se emociona con mi honestidad es hermoso”.

    Lejos quedan los años de adicción a las drogas y al alcohol, aunque no muestra reparo alguno en hablar de lo que aprendió de aquellos momentos oscuros en los que puso en jaque su carrera. “Aprendí a amarme, a saber quién soy. Todo el mundo tiene que vivir su proceso, tiene un fondo diferente, y a mí, gracias a Dios, me iluminaron en esos momentos en los que tenía que decir ‘¡Basta!’. Es complicado ser honesta con una misma en el momento en que hay que decir ‘No puedo más’. Hay gente que quiere parar y no puede, o que puede parar y no quiere… Es un asunto muy sutil al que cada cual se enfrenta de una manera”. Ella, plantando cara a sus adicciones y renaciendo una y otra vez, para delirio de sus fans. También superó una operación de cadera, y su última gran prueba fue un cáncer, detectado en 2007. “Lo que más me ha costado en la vida es luchar contra el dolor. Y una vez superada esa prueba puedo decir que tengo otras prioridades; viví un aprendizaje muy diferente al del alcohol y las drogas. Te aseguro que enfrentarme a eso no fue naaaaada comparado con lo que supone tener problemas de salud como los que tuve. No solo me considero una superviviente; también una guerrera. Y una persona con suerte”.

“La perspectiva gay es fundamental para mis shows”

    Durante nuestra conversación cita continuamente Shangay Pride, se muestra sinceramente emocionada de formar parte del cartel del que será sin duda el gran evento del Orgullo de Madrid este año. “Ya estoy haciéndome el vestido para ese día, por cierto, muy coqueto. Quiero sorprenderles y gozar, y celebrar la vida, la belleza y el amor por el amor”. Se le llena la boca al hablar de sus experiencias con el universo gay. “Es que la gente gay es la más honesta, abierta y sincera que me he encontrado. Mis amigos me han ayudado a quitarme muchos tabúes de la cabeza; no tienen límites y eso es lo que más me gusta de ellos. Les gusta la mejor música y tienen una enorme sensibilidad… En eso nos parecemos mucho”. De nuevo se echa a reír, sabe que personalizando el tópico le quita empalago. “He tenido vivencias intensas y emocionantes –tanto personales como profesionales– con gente gay, así que me siento parte de la familia. Y la perspectiva gay la encuentro fundamental a la hora de montar cualquiera de mis shows”.

    No ha actuado nunca en un Orgullo mexicano, aunque sí recuerda haber hecho alguna actuación en un local gay de Veracruz mucho tiempo atrás. “Y me lo he pasado muy bien en Monica’s en Guadalajara, un sitio gay muy conocido. Allí nos poníamos hasta el culo mis amigos y yo… Eso queda atrás, ya siempre me porto bien. Amigos y amigas gays tengo por todo el mundo, pero ahora hacemos otras cosas cuando nos vemos, es una época distinta. Disfruto con ellos sin necesidad de tomar nada, y con mi público comparto mi música, que es lo que más me llena”. Y pide al público que vaya a Shangay Pride que se una a ella: “Vamos a rockanrrolear y a ser muy felices juntos en este gran festejo por la vida y el amor”.

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