Amnistía Internacional denunció recientemente que en muchos países europeos solo se permite de forma legal el cambio de sexo cuando se ha diagnosticado una enfermedad mental o si se prueba que la persona se ha sometido a tratamientos como la hormonación y la esterilización. De este modo, se sigue violando los derechos de más de un millón y medio de personas transexuales y transgénero, afirma esta organización. Dinamarca ha dado un paso más contra semejante injusticia.
A partir del 1 de septiembre, cualquier ciudadano danés mayor de 18 años que lo desee puede solicitar el cambio de sexo simplemente haciendo público su deseo, sin necesidad de someterse a una operación previa para lograr que se cambie el género en su carnet de identidad. La ministra del interior danesa Margarethe Vestager ha declarado que con esta medida lo que busca el gobierno de aquel país es “hacer la vida más fácil y digna para cualquier individuo”. Asegura mostrarse muy satisfecha de haber abolido una limitación evidente para que muchos transexuales tengan el derecho a decidir sobre su identidad y su cuerpo. Una estupenda noticia para el colectivo LGTB danés que ojalá tenga sus consecuencias en otros países europeos pronto.