Un cambio de pronombre puede suponer una revolución. Si Ricky Martin cambia un ‘she’ (ella) por un ‘he’ (él) en una canción, y más si lo hace en Marruecos, el gesto de visibilidad y su apuesta pública por la normalización gay ya es digna de destacar.
Se ha acusado a Ricky Martin continuamente desde que salió del armario de hipócrita. De seguir dedicando exclusivamente sus canciones a mujeres, cuando él es abiertamente gay. Su reciente gesto en el festival Mawazine de Rabat tuvo una fuerte carga simbólica y hasta de provocación. En un país en que la homosexualidad está penada con hasta tres años de cárcel, Martin aprovechó su actuación para desafiar a quienes estuvieran prestando atención a la letra de su tema She’s All I Ever Had. A mitad de canción, se olvidó de ‘ella’ y empezó a hablar de ‘él’ como su objeto de deseo perdido, y claro, Ricky, sin darle mayor importancia, descolocó a quienes se dieron cuenta del hecho. Un gesto que le honra.
¿Debería Ricky Martin cambiar las letras de sus hits inspirados por mujeres y dedicárselos a hombres?