Si eres gay, no dones sangre, no vaya ser que contagies algo perjudicial. Algo así viene a decir la legislación francesa, que prohíbe que «hombres que tengan o hayan tenido relaciones sexuales con otros hombres, independientemente de cuándo se haya producido esa relación», realicen este acto cívico.
Además del acto homófobo, debe tenerse en cuenta la gran cantidad de campañas que se realizan en materia de salud pública, y que provocan una incongruencia: sin esta medida, los donantes se multiplicarían. Desde la Unión Europea, el abogado general del Tribunal de Justicia mostraba su disconformidad: «Al excluir de forma definitiva de la donación de sangre a todo hombre que mantenga o haya mantenido relaciones sexuales con otro hombre, la normativa francesa introduce una evidente discriminación indirecta fundada en la combinación del sexo (los hombres) y de la orientación sexual (la homosexualidad y la bisexualidad)».
Ante tal atropello, Steven Kuzan, un auxiliar de enfermería gay de 22 años, ha decidido encabezar una recolecta de firmas para llevar al Ministerio de Sanidad francés sus quejas por la injusticia cometida. La sangre no entiende de orientación sexual.
> Mientras tanto, en España se impide a los gays adoptar niños rusos…
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