‘Happy Pride!’. Todo el mundo está encantado de celebrar el Orgullo gay en Estocolmo y lo verbalizan continuamente. Desde el momento en que pones el pie en territorio sueco te desean que disfrutes al máximo de esta celebración gay que no deja de crecer, en la que todos son bienvenidos.
Es aterrizar en el aeropuerto de Arlanda y lo primero que te encuentras, antes incluso de recoger tu maleta, es una exposición de fotografía LGTB, titulada A Proud City. Te da de inmediato idea de la intensidad con que se vive esta gran celebración de la diversidad.
Acto seguido, retratos de gran tamaño de personalidades suecas de todos los campos te dicen ‘Welcome to my hometown’. Predominan artistas pop, como resulta lógico en uno de los países que más música exportan al mundo. Roxette, Carola, Darin, Europe, Stikkan Anderson (mánager de ABBA) o Loreen comparten protagonismo con diseñadores como Johan Lindeberg (J.Lindeberg) y Filippa Knutsson (Filippa K), actores como Dolph Lundgren o deportistas como Victoria Svenson (de la selección nacional femenina de fútbol). La traca final es fuerte: los Reyes Carlos Gustavo y Silvia (la obsesión nacional por la Familia Real es digna de destacar), Astrid Lindgren (autora de Pippi Calzaslargas), August Strindberg, Ingmar Bergman… y Greta Garbo.
El Orgullo LGTB de Estocolmo es el más relevante de Escandinavia, y uno de los más completos de Europa en cuanto a actividades programadas. Son días de verano perfectos para que la gente tome las calles y disfrute del estupendo tiempo, por eso gran parte de los actos se celebran al aire libre. Pero los organizadores de Stockholm Pride dan una enorme relevancia también a la reivindicación de derechos, como hizo saber Sandra Ehne, su directora, en un encuentro informal con prensa llegada de toda Europa. “Hay que seguir luchando para crear una sociedad mejor”, declaró. Aunque no cabe ninguna duda de que la comunidad LGTB sueca tiene mucho ganado, su Orgullo demuestra que no se conforman con lo que tienen.
Por ello, entre el 30 de julio y el 3 de agosto tuvieron lugar en la llamada Pride House debates y conferencias con un fuerte matiz político. Aunque el epicentro del Orgullo es el Pride Park. Situado en una inmensa explanada a apenas diez minutos del centro de la ciudad, durante cuatro días se convierte en la mezcla perfecta de un parque de atracciones y un macrofestival gay. Una conocida marca de ropa interior sueca invita a quienes no sean pudorosos a quedarse semidesnudos con tal de llevarse a casa calzoncillos o bragas gratis. En la denominada ‘zona kinki’ tienen lugar todo de tipo de prácticas fetichistas frente a los asistentes. Y en el enorme escenario central tienen lugar actuaciones musicales (predominan los artistas con alguna relación con el festival de Eurovisión, otra de las pasiones nacionales –allí estuvo Conchita Wurst el primer día, cómo no) y shows de travestis. Resulta delirante en su conjunto.
El tercer vértice del Stockholm Pride de este año ha sido el Pride Parade, celebrado el sábado 2 de agosto. A las 13,30h partía la nutrida comitiva que atraviesa el centro de Estocolmo, ofreciendo un espectáculo tan colorista como emotivo. Aproximadamente 60.000 personas, pertenecientes a 153 grupos o empresas distintas, han participado este año en el desfile, que presenciaron más de 600.000, todo un récord.
Quienes optaron por limitarse a observar se encontraron con tres horas de diversión, cargadas de consignas reivindicativas (Rusia e Israel acapararon las críticas de los colectivos), de recuerdo a los que por distintas causas no participan (muy emocionante el paso del grupo Marching For Those Who Can’t) y de carrozas con música a todo trapo (las más pinchadas: Beyoncé, Robyn y Agnes).
¿Quieres conocer todos los detalles del Pride Parade de Estocolmo? Pasa página.
Resulta llamativo el compromiso de todo tipo de colectivos, no solo LGTB, que se unen a la celebración. El paso de policías, bomberos y médicos abiertamente gays –acompañados también por colegas heteros– suponía un interesante contraste frente a las hordas de travestis, osos, ‘dykes on bikes’ y demás fauna cuya intención era no dejar indiferente a nadie con su imagen. ¿El grupo más aplaudido –y uno de los más nutridos–? El de la asociación de padres y abuelos de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Y el paso del Primer Ministro, Fredrik Reindfelt, desataba el revuelo, mientras él ondeaba una bandera arcoíris –igualito que en Madrid, vamos–. Todos los partidos políticos participaron en el desfile, salvo los ultraconservadores radicales Sverigedemokraterna.
Tampoco faltó en el Parade una Conchita Wurst de pega –aunque bastante lograda–, con la que todo el mundo se quería hacer una foto. La auténtica pasó por Estocolmo dos días antes, y además de hacer acto de presencia en el Pride Park actuó en una concurridísima sesión 100% pop el jueves 31 en el conocido club Ambassadeur, en Kungsgatan, en donde también cantaron las petardas locales Alcazar. Fue una de las fiestas más divertidas de todo el Orgullo, repleta de eurofans, locales y extranjeros, felices de escuchar tanto pop sueco encadenado.
Pero volvamos al Pride Parade, porque es también un método impagable para hacer turismo y descubrir algunos de los principales monumentos y zonas comerciales de Estocolmo. Mucha gente opta por situarse frente al Palacio Real para ver el desfile, que partía de las inmediaciones del barrio hipster Södermalm, y allí incorporarse a la festiva marcha. No se tarda en pasar junto a una de las principales zonas comerciales de la ciudad, Biblioteksstan, que comienza en la plaza Norrmalstorg. Allí pudimos charlar con una dependienta de Acne, marca emblemática del mejor diseño sueco, que se escapó unos minutos a la calle para ver pasar el desfile. “Siempre voy con mi prima lesbiana y su mujer, pero como este año han tenido gemelos y no salen no me he pedido el día”, contaba. Acto seguido nos revelaba que el probador de su tienda, construido dentro de una antigua caja fuerte, es el lugar que dio origen al síndrome de Estocolmo. Allí se encontraba el banco en donde tuvo lugar el legendario atraco en agosto de 1973 que forma parte de la historia. Acne, como tantos y tantos negocios, también celebra la semana del Orgullo. Si en muchas tiendas y hoteles todos los empleados lucen chapitas con los colores del arcoíris –hasta en los autobuses urbanos ondean orgullosas banderitas–, en el Acne Studios de Norrmalstorg este año ofrecían una selección de novelas ‘pulp gay’ y revistas eróticas vintage convenientemente expuestas en un espacio privilegiado de la tienda.
Otros epicentros del shopping en Estocolmo que pillan a mano del recorrido del Pride Parade son calles peatonales como Biblioteksgatan y Drottnigatan –esta, la calle con mayor concentración de tiendas de toda Suecia–. Llegados aquí, merecía la pena descolgarse un rato del Parade para pasar por la Gay Wedding Chappel, habilitada únicamente durante la semana del Orgullo en plena calle Grev Turegatan. Un pastor de la Iglesia sueca estuvo celebrando durante toda la semana enlaces –con validez legal–, mientras de fondo sonaban Bad Girls de Donna Summer o Wake Me Up Before You Go-Go de Wham! El viernes 2 tuvo lugar la boda con mayor repercusión: una pareja de musulmanes necesitó protección durante su enlace, mientras enfrente un grupo neonazi protestaba y les insultaba. A esa pandilla de intransigentes descerebrados habría que haberles llevado a Stortorget, plaza emblemática del centro histórico en la que, además del Museo Nobel, se encuentra el legendario café gay Chodladkoppen, donde degustar delicias suecas como los rollos de canela, aunque no se los merecían.
Una mención sí merece Robert Fux, una de las travestis más conocidas del ambiente sueco, que parecía tener el don de la ubicuidad durante el Pride. Además de ejercer de deslenguada guía turística para el grupo de periodistas gays de visita esos días, fue la comentarista oficial del Pride Parade, presentó el show de burlesque que se celebró en el Pride Park el viernes 2 y ejerció de hostess en la sonada fiesta post-parade que organizó el –muy gayfriendly– hotel Berns en uno de sus dos clubs. Un referente clave del Orgullo 2014 de Estocolmo.
El año que viene la ciudad acogerá además los Eurogames, y se convertirá en otro motivo de peso para plantearse una visita. El éxito incontestable del Stockholm Pride, perfectamente organizado y del todo consolidado, ha supuesto un enorme revulsivo para el turismo de la ciudad. Que en esos mismos días acogía otros eventos, entre ellos un festival de rock y otro dedicado a la cultura tailandesa. Todos a rebosar. Y eso que Christina Guggenberger, a la cabeza del Stockholm Visitor Board –ella creó el departamento dedicado a la promoción del turismo gay, y organizaron este viaje de prensa gay en colaboración con VisitSweden–, nos decía mientras veíamos el desfile que seguramente mucha gente se habría marchado a alguna de las playas urbanas, o del archipiélago en torno a Estocolmo, para disfrutar del calor a remojo. Desde luego, es otra opción para los turistas que visiten la ciudad a primeros de agosto, aunque cuesta creer que haya quien quiera perderse este Pride.
¿Quieres descubrir los rincones más cool de Estocolmo? Te los descubrimos en la siguiente página.
Seis propuestas para sacarle todo el partido a Estocolmo
1.
ABBA The Museum
Ha recibido más de 500.000 visitantes en su primer año de existencia, y el fervor que despierta este santuario dedicado al cuarteto sueco –supervisado y aprobado por sus miembros– es comprensible. El museo propone una experiencia e íntima con su historia y legado. A través de un revelador audiocomentario, los cuatro integrantes comparten experiencias y anécdotas mientras uno admira la recreación del estudio en el que grabaron sus clásicos o se deleita con trajes y otros objetos de memorabilia. Los más atrevidos pueden incluso cantar con sus hologramas.
2.
Berns Hotel
Este céntrico hotel boutique se convierte durante el Pride de Estocolmo en punto de encuentro obligado. No solo cuenta con un espectacular restaurante de comida asiática, de referencia en todas las guías, y dos terrazas –la superior, con vistas espectaculares, reservada a clientes–; además, tiene dos clubs con programación especial durante el Orgullo. El underground, llamado Gallery 2.35:1, está dedicado a la electrónica más selecta; el grande funciona también durante todo el año como sala de conciertos; por él han pasado desde Edith Piaf hasta Rihanna.
3.
Trädgården
A apenas 10 minutos del centro se encuentra un gigantesco club, situado a los pies de un puente, convertido en el paraíso hipster de Estocolmo. Cuenta con pista central al aire libre dedicada a la música de baile más comercial y otras dos salas cubiertas, una de house y otra de r’n’b y hip hop. También programa exposiciones, sesiones especiales en The Church, otra sala al aire libre decorada con motivos religiosos, y hasta cuenta con mesas de ping-pong. De repente uno no sabe si está en el Berghain de Berlín…
4.
Mälarpaviljongen
Es la terraza más concurrida del verano en Estocolmo. Literalmente construida sobre el agua, cuenta con diversas zonas donde tomar copas, comer o cenar. Idílica pese a la cantidad de gente que acude, cuenta con un salón cubierto que se puede reservar para eventos privados. Sus dueños, dos amigos gays, han creado una fundación –a la que destinan parte de sus beneficios– para apoyar a miembros del colectivo LGTB en países en donde siguen siendo discriminados. Este verano incluso cuentan con alguno de sus beneficiarios africanos trabajando como camareros, para que disfruten de una oportunidad laboral sin tener que ocultar su homosexualidad.
5.
Hotel Skeppsholmen
Comparte nombre con la isla en la que se encuentra, y su dueño, Joachim Olausson, se ha acostumbrado a verlo en lo más alto de los tops dedicados a los mejores hoteles del mundo. Contruido en dos antiguos edificios del siglo XVII que en su día acogían a los miembros de la Marina Real, sorprende el modo en que se fusionan el diseño minimalista con la más exquisita tradición rústica. Su restaurante al aire libre, especializado en cocina creativa, funciona todo el año, y está situado junto al antiguo establo que hoy día acoge el estudio de Benny Andersson de ABBA. La posibilidad de bajar en apenas dos minutos a darse un baño es otro atractivo a tener en cuenta.
6.
Island Lodge
Suecia es un auténtico paraíso para amantes de la cultura bio, y una posibilidad muy recomendable para quienes buscan exclusividad en su escapada al archipiélago es Island Lodge, que ofrece la posibilidad de hospedarse en una de sus siete tiendas de campaña de lujo y disfrutar de la naturaleza con todas las comodidades de un hotel de cinco estrellas. Aunque con la conciencia más tranquila al apostar por un turismo 100% sostenible.
> Si quieres más información sobre el Estocolmo gay no dudes en visitar http://gaylesbian.visitstockholm.com
> ¿Te has quedado con ganas de recordar más Orgullos celebrados este año? Mira los reportajes que publicamos del de Toronto y del de Madrid.