En la segunda temporada de MasterChef le hemos visto hacer gala de su genio y poner firmes a los concursantes cuando ha hecho falta. Como hacía el implacable Dexter en su serie. Armado de su cuchillo, el popular y reconocido chef, que sigue buscando la tercera estrella Michelin para ABaC, repasa esta nueva experiencia televisiva, nos habla de los cambios –a mejor– en su vida y anticipa proyectos. ¿Descansar? Ni se lo plantea. “Sigo peleando, que es como hay que estar”.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo fue la resaca post final de MasterChef?
JORDI CRUZ ⇒ Durilla, no te voy a engañar. Nos fuimos a tomar unas copichuelas y me lo acabé bebiendo todo. Fue una noche divertida, y diferente a la del final de la temporada previa. La primera la viví con mucha intensidad; esta vez ha sido un poco distinto, lógicamente. La vivimos igualmente con cierto resquemor, porque aunque los jurados seamos algo cabroncetes con los aspirantes, al final les coges cariño.
SHANGAY ⇒ ¿Ha sido muy diferente la experiencia de cocinar MasterChef a la que vives entre fogones en tus restaurantes?
JORDI CRUZ ⇒ Hay mucha similitud porque basas el trabajo en tu experiencia, en tu día a día. Manejas información similar pero en ámbitos completamente distintos; uno muy organizado y estable, ‘tu casa’, con tu equipo y unos menús que tienes controlados; el otro, la tele, que es un puntazo, completamente distinta, pero en la que también hablas de lo que controlas, y eso te da seguridad.
SHANGAY ⇒ En la segunda edición del programa ha sido muy comentado tu cambio de actitud frente a la primera, metiendo más caña a los participantes. ¿Ibas de malo por exigencias del guion?
JORDI CRUZ ⇒ Para nada. Lo que ocurre es que los concursantes eran mayores que en la primera, y más resabiadetes. Y lo único que me puede indignar es poner todas las cartas encima de la mesa para que alguien aprenda y que no saque partido. En algún momento del programa sentía que no optimizaban la información y eso me sacaba de mis casillas. No tengo maldad, simplemente me tomo muy en serio mi trabajo. Cuando a mí me intentaban dar un bocado, respondía con tres.
SHANGAY ⇒ Jugando con esa idea de que pudieras tener un lado oscuro secreto, te vemos rendir homenaje a la serie Dexter. ¿La conocías?
JORDI CRUZ ⇒ Sí, aunque no tengo mucho tiempo para ver la tele. ¡Es un psicópata chungo! Y asesina a asesinos. Yo no he intentado en absoluto asesinar a amateurs de la cocina, que conste…
SHANGAY ⇒ ¿Qué tal has llevado utilizar el cuchillo como si fuese un arma más que un instrumento para cocinar?
JORDI CRUZ⇒ Bien, porque me han hecho hacer de todo ya con mis cuchillos para fotos. Desde utilizar uno como si fuese una catana o hacer todo tipo de cortes. No me importa, si hay una herramienta que hable de un cocinero es su cuchillo, que es como la extensión de uno mismo.
“No tengo maldad, simplemente me tomo muy en serio mi trabajo”
SHANGAY ⇒ ¿Qué has aprendido de cocina en la tele?
JORDI CRUZ ⇒ Como damos tantas vueltas por España ves productos y recetas de la cocina tradicional con los que te enriqueces. Cuanto más datos tengas para poder materializar tus ideas, mejor. A nivel de técnicas no puedo decir que haya aprendido, porque los días que faltas al restaurante no los estás aplicando a su I+D. Pero todo te nutre y te sirve, incluso un break, para que las ideas fluyan.
SHANGAY ⇒ ¿Te habías planteado alguna vez que la cocina pudiera funcionar tan bien como espectáculo televisivo?
JORDI CRUZ ⇒ Es verdad que procurábamos crear un programa entretenido, además de divulgativo, pero no creo que MasterChef fuese un espectáculo. Sí pienso que refleja bien lo que se vive en las cocinas profesionales. En la mía paso 14 horas al día, con 20 cocineros, 15 camareros…, pasan muchas cosas, y lo más complicado son las relaciones personales. Como sucedía en el programa. La misión del jurado era mostrar todo eso que se vive en una cocina profesional a una serie de personas interesadas por aprenderlo y que no habían tenido oportunidad de hacerlo hasta ahora.
SHANGAY ⇒ ¿Hace falta mucho carácter para llevar una cocina adelante sin que se te rebele el personal?
JORDI CRUZ ⇒ No. Siempre he pensado que el respeto no se puede exigir, te lo tienes que ganas con el ejemplo. Necesitas tener las ideas claras, la cabeza bien amueblada y tener espíritu maratoniano, porque hay que estar siempre currando y dando pasitos hacia delante. Así, le sirves de ejemplo y de motivación a quienes curran contigo, y acaban creyendo en lo mismo que tú. No hace falta ponerse muy tonto ni muy burro, ni gritar. Es cuestión de trabajo duro y de tomárselo en serio.
SHANGAY ⇒ Sí hace falta creer mucho en lo que haces, ¿no?
JORDI CRUZ ⇒ Totalmente. Porque el trabajo te ocupa toda tu vida, es 100% pasional. La gente que nos ve desde fuera piensa que es muy sacrificado, pero a mí no me lo parece para nada. Quien lo lleva en la sangre tiene una deformación profesional que cuesta creer.
Fotos: TIAGO PRISCO
Estilismo: SANDRA ESCALA
Peluquería y maquillaje: ALEX ALVA para GRAFTOBIAN
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