Hoy a todos nos apetece subirnos a nuestra mesa de la oficina y entonar el «Oh capitán, mi capitán». La muerte de Robin Williams ayer, a los 63 años –los medios estadounidenses hablan de suicidio y su representante informó de que el actor sufría una depresión–, ha sido como perder a un ser querido, un héroe de la infancia para todos los nacidos en los 80. Pero Williams fue mucho más que el profesor Keating de El club de los poetas muertos, desde sus inicios televisivos (Mork & Mindy) hasta la saga Noche en el museo, pasando por sus papeles más gayfriendly y hasta su descacharrante cuenta de Twitter. Sirva este pequeño recuerdo como homenaje póstumo a un actor cuyo talento –cómico y dramático– le merece un hueco a la altura de los clásicos.
EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS
Por su crítica al paradigma masculino, su defensa del afecto y la amistad sin condiciones y su promoción del arte y la poesía, El club de los poetas muertos marcó la educación sentimental de muchos, amén de empatizar como ninguna otra película adolescente con la sensibilidad gay de toda una generación.
SEÑORA DOUBTFIRE
Es triste saber que el actor se preparaba para participar en su secuela, que dirigiría también Chris Columbus y que ahora peligra. Fue una de las comedias familiares que mejor definieron la década de los noventa y, de paso, situó a un Williams –en plan travesti inglés– a la derecha de otros hitos del transformismo cinematográfico como el Dustin Hoffman de Tootsie.
UNA JAULA DE GRILLOS
Ese bigote, esa camisa hawaiana, ese pelo en pecho… Hoy el Williams de Una jaula de grillos triunfaría en toda fiesta bear de modernos del Orgullo Gay, como en su día lo hizo en taquilla esta comedia de Mike Nichols sobre los tópicos homosexuales y las falsas apariencias.
EL INDOMABLE WILL HUNTING
Algunos veíamos en esta cinta del abiertamente gay Gus van Sant un refrito en clave atormentada de El club de los poetas muertos, pero espabilar a un despótico Matt Damon con frases demoledoras como estas tenía premio. El papel de profesor-psicólogo le valió a Williams su único Oscar después de cuatro candidaturas. El locutor de Good Morning, Vietnam, su primera nominación, bien se merecía otra estatuilla.
ALADDIN
No nos podemos quejar del doblaje al castellano de Josema Yuste, pero Williams y Disney reinventaron en Aladdin un personaje mítico como el Genio de la lámpara. Suyo es uno de los números memorables de la película y hasta los Globos de Oro le otorgaron un premio especial por su uso del ingenio y el humor en infinitos juegos vocales.
¿Cuál es tu película favorita de Robin Williams?
> Más novedades sobre cine aquí.