Erre que erre. El Congreso dio un paso más hacia la desigualdad la semana pasada dando luz verde al convenio que impide adoptar niños rusos al colectivo LGTB. La aberración ha contado con el beneplácito de PP, PSOE y CiU. Solo Izquierda Plural y el Grupo Mixto votaron en contra, mientras que UPyD, Na-Bai y Coalición Canaria decidieron abstenerse. Dicho acuerdo fue alcanzado el pasado mes de julio, y solo dos meses después (pese a la manifestación convocada por varias asociaciones) ha sido aprobado por “vía de urgencia” en el Senado para su inmediata entrada en vigor. No vaya a ser que alguno se arrepienta.
Las reacciones no han tardado en sucederse. PSOE y UPyD justifican su actuación para desbloquear una situación que estaba entorpeciendo la adopción de muchas familias, a costa de perjudicar a otras, eso sí. Desde el Gobierno se saca pecho por ser España el primer país en formalizar un acuerdo de estas características con una zona geográfica tan convulsa. Mientras tanto, los perjudicados seguimos siendo los de siempre…
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¿Es siempre el Colectivo LGTB el perjudicado o es nuestra sensación?