Fue en 2007 cuando el polifacético creador británico –compone, interpreta, produce, remezcla– Adam Bainbridge creó su alter ego artístico Kindness. Aunque no fue hasta 2012 cuando publicó su debut, World, You Need a Change Of Mind. En él dejó claro su personalísima manera de entender el pop electrónico: no es tan fácil combinar soul, funk, R&B y jazz y que no te quede un pastiche insoportable.
Ha mejorado la fórmula en su recién editado segundo álbum Otherness, que ya desde su título nos indica que quiere ofrecer algo que le diferencie de otros artistas. “Quiero ofrecer a la gente otra opción”, afirma. “Me gusta el pop masivo, pero prefiero que sean otros los que se ocupen de él. Y creo que quienes lo consumen también agradecen la variedad. Yo me propuse grabar un disco en el que demostrar lo que mejor se me da”. Misión cumplida.
Otherness tiene ramalazos de disco underground a lo Arthur Russell (World Restart), temazos funkies (This Is Not About Us) y hasta un inesperado tributo encubierto al R&B que cultivaba hace un par de décadas Bobby Brown, como Who Do You Love? Solo que en vez de contar con Brown lo ha hecho con Robyn, una de las invitadas de lujo del disco, junto con Kelela y Devonté Hynes. Está bien relacionado Bainbridge, de eso tampoco cabe duda –en los últimos tiempos también ha grabado con Solange y con Jimmy Jam & Terry Lewis–.
De aspecto andrógino –aunque heterosexual probado: vive con su novia, la artista francesa Pauline Beaudemont–, sabe lo que es sentirse discriminado y aislado; no por su opción sexual pero sí por los orígenes indios de su madre. Su orgullo diferente le honra.