¿Discriminación o timo? Lorena González es transexual, y todo el mal que ha provocado es querer ser azafata. Para ello, pagó 4.200 euros y así pudo acceder al curso de la Escuela Superior de Aeronáutica, donde se formaría como técnica de operaciones aeroportuarias. Hasta ahí todo correcto, pues a priori su caso no suponía tener ninguna dificultad futura. El curso, que tiene una duración de 10 meses, incluye uno más de prácticas no remuneradas en alguna aerolínea. Todos sus compañeros ya se encuentran realizándolas, pero Lorena, en su primer día, recibiría la llamada de la polémica: rechazada porque «creían que era un hombre». «Acabé mi proceso de reasignación de sexo hace unos 10 o 15 años, y una no se opera para ir pegando grititos o llamando la atención. Tengo los papeles de mujer», cuenta en declaraciones al diario El País.
Lorena ha iniciado una campaña de petición de firmas para que no se la discrimine y pueda acceder a sus prácticas o, de lo contrario, se le devuelva el dinero. Desde la Escuela, más allá de defender a su alumna, le pidieron sinceridad con respecto a su sexo, y lo que es aún más sangrante: han tomado la decisión de vetarla por llevar a cabo «acciones de difamación sin fundamento alguno». Y nosotros nos preguntamos, ¿por qué habido problemas para hacer las prácticas pero no para cobrarle 4.200 euros?
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