La Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, ha fallecido en la madrugadada de este jueves en Sevilla tras haber estado ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Sagrado Corazón de Sevilla y trasladarse anoche al Palacio de Dueñas. La Duquesa estaba aquejada de una gastroenteritis que le provocó una infección de pulmón que se controló con antibióticos, y ayer su equipo médico comunicó queestaba estable hemodinámicamente y con respiración espontánea, aunque se mantenía la situación de insuficiencia respiratoria debida a su infección pulmonar, de pronóstico reservado.
Doña Cayetana figuraba a sus 88 años en el Libro Guiness de los Records como la persona de la nobleza con más títulos del mundo; incluyendo, entre otros, cinco ducados, veinte condados y catorce veces Grande de España. Nacida en el Palacio de Liria el 28 de marzo de 1926, Cayetana de Alba ha sido uno de los personajes más destacados de sociedad española. Madre de seis hijos y casada en el año 2011 con el funcionario Alfonso Díez, siempre demostró ser una mujer fuerte e independiente que, a pesar de su posición social, estaba adelantada a su tiempo.
La capilla ardiente quedará instalada en el Salón Colón de la Casa Consistorial de Sevilla, espacio del Ayuntamiento reservado para eventos de gran relevancia. Precisamente, el alcalde la ciudad hispalense, Juan Ignacio Zoido, manifestaba su pésame a través de su perfil de Twitter, donde dejaba claro que la Duquesa “permanecerá para siempre en el corazón de Sevilla”.
La vida de la Duquesa foto a foto, pasa página
Los hombres de Cayetana
12 de octubre de 1947. La catedral de Sevilla acoge una boda fastuosa aliñada con 2.500 invitados reunidos en el Palacio de Dueñas. Pedro Luis Martínez de Irujo y Artazcoz es el elegido como marido, pero la decisión no había sido suya. Cayetana tenía 21 años y acató la voluntad de su autoritario padre. 6 hijos y 25 años después, la salud del duque de Alba sufrió un grave revés cuando le diagnosticaron una leucemia que acabaría con su vida. La Duquesa se quedaba viuda, pero no renunciaba al amor.
Allí apareció Jesús Aguirre, el hombre inteligente que poco o nada tenía que ver con ella. Quizás fueron las diferencias abismales que los separaban las que provocaron su gran atracción, pues Jesús fue sin duda “la persona más importante” de la vida de Cayetana, tal y como ella reconoció en alguna ocasión. La vida de la pareja transcurría estable, una característica no muy común entre los matrimonios de sus vástagos. Su unión, que duró 23 años, terminó el 11 de mayo de 2001, tras el fallecimiento de Aguirre por un cáncer de faringe. ¿Había ganas de volver a empezar?
La respuesta es un sí. En 2008, lo que empezó como un acercamiento para dar esquinazo a la soledad acabó transformándose en una relación basada en una solidez que lucharía contra viento y marea (y su entorno). Alfonso Díez se iba a convertir en su último compañero de viaje. Ella era feliz y, según el propio Alfonso, no era “fácil seguirle el ritmo”.
La juventud de la Duquesa en imágenes, pasa página
Una infancia trágica
28 de marzo de 1926. Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, XVII duque de Alba, y María del Rosario de Silva y Gurtubay, X marquesa de San Vicente del Barco tenían su primera y única hija. Con la pareja se encontraban Gregorio Marañón, Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala. Vamos, lo normal. El rey Alfonso XIII sería su padrino en el bautizo, para el que se usaría la pila de Santo Domingo de Guzmán, de absoluta exclusividad. La muerte de su madre por tuberculosis, en 1934, y sus traslados a Londres y París (ambos por exilio de su padre) muestran cómo la tragedia fue un elemento muy presente en su infancia.
Retrato de la Duquesa más familiar, pasa página
Familia: Pasión y dolor
Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia. Sus seis grandes pasiones fruto de su primer matrimonio han supuesto ciertos quebraderos de cabeza estos últimos años. Cuando saltó la noticia de su relación con Alfonso Díez, todos ellos ejercieron una presión incluso mediática para impedir su enlace, algo a lo que Cayetana no estaba dispuesta. Ella se había enamorado del funcionario y, como acto de buena fe, decidió donar en vida los bienes más valiosos de la Casa de Alba para acallar los rumores de intereses ocultos por parte de su compañero. Era el final de una disputa que a nadie beneficiaba.
El lado más folclórico de la Duquesa, pasa página
Una adelantada a su tiempo
Rompedora, transgresora, torera, del Betis y de Machado. Nunca fue clásica pero siempre fue correcta. Quiso ser provocadora y jugó a decir siempre lo que pensaba. Se recordará siempre por su arte para bailar sevillanas, arremangarse para echar una mano y, al fin y al cabo, sentir. Descanse en paz.
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