Slava Mogutin y Brian Kenny. Foto: Miguel Ángel Fernández
La pareja profesional y sentimental formada por el músico y dibujante americano Brian Kenny (nacido en una base militar norteamericana en Alemania) y el poeta y fotógrafo ruso Slava Mogutin (primer asilado en EE UU por persecución homófoba, hace ya veinte años) tiene un nombre, SUPERM, que significa algo así como SUPERPODEROSO. En paralelo a sus conocidas carreras individuales, SUPERM es un proyecto común con bastante de agitación estética y vindicación de una sexualidad libre que les ha traído a España. Su nueva exposición, una celebración de sus diez años juntos, se exhibe en La Fresh Gallery de Madrid. La han titulado, lógicamente, AMORESUPERM.
SHANGAY ⇒ ¿Con qué idea habéis venido a Madrid?
SLAVA MOGUTIN ⇒ Esta muestra forma parte de una serie de eventos realizados para conmemorar nuestros diez años de trabajo juntos. Lo bonito es que decidimos centrarnos en nuestra relación, tanto profesional como amorosa. Es la primera vez que mostramos solo fotografías y dibujos que hablan de nosotros, de nuestra personalidad, nuestra actitud, nuestra estética, que nos retratan de forma cercana, personal. Cuando empezamos a hablar con Topacio Fresh acerca de la muestra, nos recomendó que nos centráramos en el trabajo reciente, lo que aún no habíamos enseñado.
BRIAN KENNY ⇒ La muestra habla muy íntimamente y en exclusiva de nosotros. Está pensada como una celebración de nuestra relación creativa. Cada uno desarrolla lo que sabe hacer: Slava incorpora fotografías, yo dibujo e instalaciones. Y juntos hacemos las películas. Y los collages. SUPERM es nuestro hijo. Es algo que nos ayuda a permanecer juntos y que nos pertenece a ambos.
SHANGAY ⇒ ¿Tan delicado y absorbente como un niño de diez años?
SLAVA MOGUTIN ⇒ Pero no es excluyente: también nos permite colaborar y aprender con otros. Contactamos con gente muy interesante. Eso se nota sobre todo en nuestras películas. Hemos realizado vídeos con François Sagat, con otro magnífico actor, Mathieu Charneau, la gran promesa del cine francés, que nos presentó Bruce LaBruce en París. También con Gio Black Peter, el artista más excitante y prolífico ahora mismo en Nueva York… Gente que también son parte de nuestra ‘familia’. Algunos no se ven a sí mismos como artistas, pero tienen un importante lado creativo, hacen cosas que nos interesan. Nosotros estamos siempre abiertos: somos muy inclusivos, nuestros proyectos lo son.
SHANGAY ⇒ ¿Sigue estando viva esa red de relaciones global dentro del mundillo queer similar a la que existía la década pasada, que os incluía a vosotros, pero también a LaBruce, assume vivid astro focus y muchos otros?
SLAVA MOGUTIN ⇒ Claro que sigue existiendo una cultura alternativa, y una cultura queer alternativa también. Es algo que sigue moviendo ideas. Y sí, es global: se da en Nueva York pero también en otras ciudades. Ahora además hay una generación de artistas jóvenes que igual todavía no han entrado en un circuito digamos institucional, pero que están muy activos por la Red. Estoy convencido de que Internet ha cambiado la balanza de poder en el mundo del arte. Los artistas ya no dependen de las galerías, pueden vender su trabajo online. Y les va bien.
SHANGAY ⇒ Esta muestra parece más serena, no tan furiosa como trabajos vuestros anteriores. ¿El amor os ha vuelto más tranquilos?
BRIAN KENNY ⇒ Sí tienes razón en que ahora somos un punto más formalistas. Menos rudos y más tendentes a formalizar mejor, con más belleza.
SLAVA MOGUTIN ⇒ Encontramos belleza en cosas clásicas también. Quizá ya no somos tan jóvenes y rebeldes [risas], pero seguimos buscando nuevas formas tanto de presentar nuestro trabajo como de realizarlo. En esta exposición, los trabajos sobre tela, por ejemplo, tienen una conexión directa con aquella instalación que presentamos en el MUSAC hace años, donde costumizábamos ropa nuestra, cuando nos identificábamos plenamente con lo wigger [la estética del blanco que asume la cultura hip-hop negra]. Aquí hemos puesto, como referencia pura, un par de imágenes de aquellas series wigger. De hecho, son las únicas que no son nuevas de la exposición.
BRIAN KENNY ⇒ Mantenemos intacto nuestro lado ‘sucio’, y hemos incluido algunas fotografías bastante salvajes [risas]. De hecho, algunas se han retirado porque nuestros galeristas las consideraron un poco demasiado extremas… Podríamos haberlas expuesto para suscitar escándalo, pero queríamos que esta muestra fuese para todos los públicos. Sabemos que la desnudez masculina todavía es un asunto complicado.
Foto: Miguel Ángel Fernández
SHANGAY ⇒ Siempre se os ha considerado artistas comprometidos con la liberación de las normas de la decencia. Defensores de otras formas de vivir sin prejuicios, donde lo ‘normal’ se asume como más dañino que lo marginal…
SLAVA MOGUTIN ⇒ Hoy, más que nunca, desgraciadamente, poner el acento en esto es imprescindible. Mira lo que está pasando en Rusia con los derechos del colectivo LGTB, o en Estados Unidos con la presión sobre las instituciones democráticas del fundamentalismo religioso cristiano. Nuestro trabajo tiene un alto contenido político, aunque no incluyamos eslóganes políticos en él. Cualquier discurso sobre el sexo y la identidad sexual se vuelve automáticamente político. Para el mainstream, cualquier iconografía homoerótica sigue siendo fundamentalmente ofensiva, peligrosa, dañina y corruptora, como lo era hace veinte años. Es inaudito. Y cada día va a peor: ahora vemos que definirte como gay se vuelve en tu contra no ya política y socialmente, sino que te discrimina incluso dentro de la comunidad artística. Si te defines como artista queer, eres automáticamente marginado de un circuito y colocado en otro especial para los que son como tú. Han creado la categoría de ‘gay art’. Y no nos gusta esta etiqueta: ser abiertamente homosexuales no significa que hagamos un arte solo para gays. Los artistas heterosexuales no hacen arte heterosexual. Hacen arte y punto.
SHANGAY ⇒ Pero gran parte de vuestro arte se basa en el homoerotismo…
BRIAN KENNY ⇒Nuestros intereses y nuestra práctica artística van bastante más lejos de lo que cualquiera pueda definir como ‘arte gay’, porque no solo hablamos de identidad sexual. Nosotros nos hemos limitado a ser honestos: nuestro arte siempre ha sido autobiográfico, porque creemos que no hay nada que podamos contar mejor que nuestras vidas. Y en nuestras vidas, la sexualidad tiene su importancia. Como en la de todos. Ante esa corriente que pide no insistir en lo sexual, nosotros respondemos celebrando nuestra sexualidad.
Foto: Miguel Ángel Fernández
SHANGAY ⇒ Slava, saliste de Rusia hace bastante tiempo y fuiste el primer ruso en ser asilado político en Estados Unidos por homofobia. ¿Realmente creías que la situación iba a volver a ser, institucionalmente, la que era hace 20 años?
SLAVA MOGUTIN ⇒ Es terrible. Tener que volver a hablar de esto en cada entrevista que hago porque no queda más remedio: hay que seguir en la lucha. Que discutir el asunto gay y sus derechos sea hoy exactamente igual de importante que cuando tuve que huir del país, o incluso que a finales de los sesenta cuando la gente luchaba por su pura supervivencia, para reclamar que existían y tenían derechos, es descorazonador. Hay gente que se ha atrevido a decirnos que esto ya no era un asunto importante, que ya estaba superado y que lo habíamos conseguido… Esa gente realmente no conoce los hechos, no vive nuestra realidad.
SHANGAY ⇒ Hablemos de algo más agradable: de fetichismo. ¿Ha cambiado en algo vuestro sentido del morbo con los años? ¿Habéis añadido algo?
BRIAN KENNY ⇒ ¡Siempre estamos añadiendo nuevas fantasías! Es lo lógico en la era de Acuario [risas]. Últimamente he de reconocer que nuestra sexualidad se está ampliando con una increíble energía… digamos femenina, o incluso heterosexual. Y afecta a nuestro trabajo. Nos estamos volviendo en cierta manera más tiernos de lo que éramos. Y hemos ampliado la tipología de cuerpos que nos atraen.
SLAVA MOGUTIN ⇒ Y trabajamos con transexuales, con mujeres algo masculinizadas, con niños…
SHANGAY ⇒ Esto puede parecer muy oscuro, incluso ilegal, si no lo explicáis mejor…
SLAVA MOGUTIN ⇒ Hemos utilizado a niños en algunos vídeos, viendo cómo reaccionaban frente a la semidesnudez. Y claro, lo hacen de forma supernatural. No se sienten ni ofendidos ni violentados, como los adultos. Fue muy revelador. Nuestra intención era poner en relevancia eso precisamente. Porque este mundo que sobreprotege a los niños, hasta el extremo de negarles una sexualidad que evidentemente tienen, a la vez los sexualiza para el comercio y la publicidad.
SHANGAY ⇒ ¿Lo próximo de SUPERM será…?
BRIAN KENNY ⇒ Seguir haciendo películas, probablemente. Vamos a tratar de hacer algo en un formato más largo y tenemos unas cuantas exposiciones más en perspectiva: una en Marsella en enero y otro en Zurich en verano.
SLAVA MOGUTIN ⇒ Y nuestro libro, otra forma de celebrar estos diez años. Se titulará SUPERM 10. Incluirá sobre todo fotografía y dibujo, con textos de amigos, críticos y comisarios. Trataremos de que haya mucho backstage: fotos de la trastienda de nuestra creación, de cómo preparamos las instalaciones y las performances… También retratos privados nuestros, muy sexys.
BRIAN KENNY ⇒ Será tan loco y divertido como nosotros.