El jardinero de Ellen siempre llama dos veces

Ya os conté, queridos shangayers, que vivo en un pequeño piso compartido en Chueca. No está nada mal: un tercer piso sin ascensor, mini-cocina pero apañá, salón aceptable con dos balconcitos a la calle Pelayo y, bueno, en realidad mi habitación también es decente. En términos generales me gusta mi casa y, por supuesto, me encanta la zona. Ya desde el principio me conciencié de que si mi deseo era vivir en el barrio gay de Madrid tendría que asumirlo “con todas sus consecuencias: fenomenales poderes cósmicos y un espacio chiquitín para vivir”, como diría Aladdín a Jafar.

Sin embargo, por culpa de la comediante Ellen DeGeneres, llevo días echando en falta algo en Villa Felayo –así es como bautizamos a nuestra casa, jugando con el nombre de la calle y con una de nuestras prácticas de ocio preferidas–. Lo que echo de menos es tener un jardín. Maldita Ellen, me ha creado otra necesidad absurda, como cuando me obsesioné con probar las pizzaladas de Telepizza.

El jardinero de Ellen siempre llama dos veces

Esta semana, Ellen presentó a Derek Yates como su nuevo jardinero, el sustituto de Billy Reilich, que dejó su puesto libre para entregarse en cuerpo y alma a la película Magic Mike XXL, en la que tendrá un papel. Sin embargo, Billy volvió al show para visitar a su mentora y enseñarle sus progresos físicos y su nueva sesión de fotos. Al verlas, mi deseo afloró.

El jardinero de Ellen siempre llama dos veces

Si recapacito, lo que realmente quiero es tener un jardinero chulazo como el de Mujeres desesperadas, o como el que riega los arbustos del plató de Ellen. Pero como, lógicamente, sin jardín no hay jardinero, no queda otra alternativa que ir paso a paso. Mientras lo consigo –o veo si lo pido para Papa Noel–, tengo un mensaje para ti, Ellen: Sí, tú tendrás un jardinero cachondo, pero yo tengo a ‘mi heterito’, y no lo cambio por nada del mundo. Si lo quieres, tendrás que venir hasta aquí a por él… Eso sí, mejor ven acompañada de Billy.

El jardinero de Ellen siempre llama dos veces