El Adán infiel es castigado

Infiel. La palabra que no querríamos escuchar en una relación pero que ha destapado la caja de los truenos en el último capítulo de Adán y Eva. Rachel, la Eva canaria de la risa floja, fue engañada por uno de sus novios, y para ella la sinceridad es muy importante. “El penúltimo novio que tuve me dijo que no era infiel, y luego descubrí que estaba con tres chicas a la vez”, se lamentaba durante el programa.

El Adán infiel es castigado

Ella se debatirá entre el enamoradizo Daniel Folla (el apellido es de sus características más atractivas) y la tentación de Paco, el policía de porra contundente y sonrisa permanente. A ella le atrae lo prohibido, se confiesa “cachonda” pero, tal vez, su instinto la ciegue a la hora de elegir al hombre adecuado…

El Adán infiel es castigado

Y salta la bomba. Una botella llega a la isla portando un mensaje terrible: uno de los dos Adanes fue infiel a su anterior pareja. Rachel cambia su alegría por preocupación y decide intervenir. Ambos lo niegan, Folla se enfada y ‘Paco Porra’, que poco antes había afirmado que le dice a las mujeres “lo que quieren oír, sea mentira o sea verdad”, calla.

El Adán infiel es castigado

Rachel se deja seducir por los encantos del policía e ignora a su rival, el pescado parece vendido. Ya se ha besado con ambos, pero confiesa que le hubiese gustado que Paco llegara antes. Folla parece condenado.

El Adán infiel es castigado

Pero la historia no había terminado, es imposible iniciar una historia de amor basada en la mentira, ¿no? Dados los acontecimientos, la presentadora Mónica Martínez decide intervenir para que Paco destapase la liebre: él era el infiel. La decepción en Rachel es tal que no quiere volver a verle, arrepentida, lamenta haber dejado escapar a Folla. ¿Era demasiado tarde? Show must go on. Allí resurge el hombre íntegro, aparece por el córner dispuesto a hacerla feliz y comer perdices para siempre. ¡Qué poco orgullo!