Hace unos días, Florian Philippot paseaba en actitud cariñosa por las calles de Viena junto a su compañero. La noticia no tendría ninguna relevancia si Philippot no fuera uno de los vicepresidentes del Frente Nacional, y por ese ‘pequeño detalle’ aparece en la portada de la revista francesa.
Jean-Marie Le Pen, el fundador del partido, hizo de la xenofobia una de sus principales banderas. Pero también tenía otras fobias, bien sûr, y desde luego los homosexuales nunca fueron santo de su devoción. Tiene asimismo el dudoso honor de haber sido condenado por apología del nazismo… Hace algunos años, cedió el bastón de mando a su hija Marine, y la verdad, cuesta imaginarse a la buena mujer pidiéndole permiso a su anciano padre para poner a un gay en la vicepresidencia. ¿Será que no ha heredado todas las virtudes de su progenitor? Que alguien nos aclare este embrollo, s’il vous plaît.