Lo crean algunos o no, lo cierto es que la masturbación es un instinto natural, de hecho empezamos a explorar nuestra sexualidad desde que tenemos la capacidad de hacerlo, mucho antes de nacer. Así lo han demostrado estudios que afirman que el ser humano investiga sus órganos sexuales desde su creación en el útero materno.
Es decir, que lo de tocarse a uno mismo nos viene de pequeños. Según la mayoría de los sexólogos e investigadores, la masturbación supone una práctica benigna e incluso terapéutica para el ser humano. Además del placer que nos da, son innumerables los beneficios que aporta: previene infecciones y el cáncer de próstata, corrige la eyaculación precoz, relaja la tensión, nos alivia del estrés y nos ayuda a dormir mejor. Además, mejora la fertilidad de hombres y mujeres, combate el resfriado y sube nuestras defensas, eleva nuestra dopamina y oxitocina, lo que nos hace estar más felices. Y por si fuera poco, ejercitas tu pene: el criterio en medicina es que la función hace al órgano, si no se utiliza tiende a perder su función, y eso sí que no.
Sin embargo, a pesar de todas sus ventajas, algunas personas llenas de prejuicios y vergüenza no se permiten esta satisfacción. Los hay que incluso van más lejos, y pretenden convencernos de lo contrario con sus valores morales y religiosos.
Para todos estos detractores, y porque siempre es mejor tomarse la vida con humor, hemos querido hacer una selección de las mayores tonterías que hemos escuchado sobre el tema:
“Si te haces pajas te quedas ciego”. Pues que se prepare la ONCE.
La cruz antimasturbación. Este invento impide que tu hijo se masturbe. Quiero creer que es una broma de la red, pero a estas alturas me creo cualquier cosa.
“Si te masturbas mucho te sale vello en las manos”. Esto explicaría todo lo que pasaba con Michael J. Fox en Teen Wolf, menudo pervertido…
El cilicio antierección. Un estupendo artilugio que rodea tu pene en estado flácido… y te pega un mordisco si se te ocurre alzarlo.
La camisa de fuerza antimasturbación. Es otra versión de la cruz antimasturbación, pero un poco más hardcore.
“La masturbación puede volverse una vía de acceso para que fortalezas demoníacas se desarrollen”. Traducido, si te masturbas puedes acabar poseído por el demonio, casi nada.
“Si el niño usa un espejo durante el acto, ése es un escenario que puede derivar en confusión homosexual, ya que el niño programa su mente para asociar el placer sexual con la visión de su propio cuerpo”. Lo dice el mismo de la posesión demoniaca, un pastor cristiano. En definitiva, una de dos: o acabas endemoniado o te conviertes en gay. ¿Qué nos da más miedo?
El calzoncillo antierección cristiano. Un artilugio que parece llegado del medievo, y que no permite que tu miembro amigo tome vida propia. Por lo que se ve, tiene que ser comodísimo (y la mar de higiénico).
Las pastillas antimasturbación. Son la versión moderna de esas viejas leyendas urbanas que aseguraban que en los comedores de los colegios se ponía bromuro en los saleros para que los niños no tuvieran erecciones.
Esperamos que ninguno de estos ‘peligrosos avisos’ y artilugios te hagan cambiar de opinión. Desde Shangay te recomendamos que sigas disfrutando de este saludable placer tanto como tú quieras.
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