Total, para qué seguir aparentando. Mira que al principio de los tiempos le teníamos fe, pero no hay manera de acercar posturas. ¿Y por qué? Pues por cosas como esta: “Saludo a los peregrinos procedentes de Eslovaquia, y a través de ellos, deseo expresar mi agradecimiento a toda la Iglesia eslovaca, animar a todo el mundo a continuar sus esfuerzos en defensa de la familia, célula vital de la sociedad”, pronunciaba el Papa Francisco durante una audiencia en Roma el pasado miércoles.
El comentario resultaría intrascendente de no ser porque en el país centroeuropeo se someterá a referéndum este sábado el prohibir la adopción y el matrimonio a los gays. Por más que intenta ser inclusivo, no le acabar de salir bien la jugada.