Joe Kort, afamado sexólogo y psicoterapeuta, y reconocido gay, afirma que ha estudiado estos casos y explica que en estos hombres no existe factor alguno de homosexualidad o bisexualidad como tal. Sino que dichas actitudes se deben a otros factores.
Los perfiles de estos varones están relacionados con factores como traumas psicológicos, económicos y hasta enfermizos, que no responden a una orientación sexual sino a otros motivos. Razones por las cuales el autor cree que no deberían ser considerados dentro de la categoría de gays, y que responderian más a otras divisones, como las que puedes encontrar en nuestro artículo sobre la Escala Kinsey.
11 serían los perfiles que Kort señala como hombres que practican sexo con hombres y no son homosexuales:
1. Víctimas de abuso sexual en la infancia: También conocida como impresión homosexual. Se produce cuando un varón sufre abusos sexuales en su infancia por parte de otro hombre, y al crecer recrea el abuso en su comportamiento sexual siguiendo el patrón, para intentar ‘sanar’ el dolor emocional sufrido.
Cuando el individuo recibe apoyo psicológico y supera un tratamiento, este comportamiento sexual puede desaparecer, ya que no está motivado por un deseo sexual hacia otro hombre sino por recrear su trauma.
2. Trabajadores sexuales: Se trata de hombres heterosexuales que ejercen la prostitución con otros hombres, lo que comúnmente conocemos como ‘chaperos’. O bien actores porno heterosexuales que se prestan a hacer películas gays. Participan voluntariamente en relaciones sexuales a cambio de una compensación económica.
Su libido se despierta solo por la excitación que les produce vender su cuerpo a cambio de dinero o el morbo de ser visualizados follando con otros hombres. Sin embargo, hay una tercera clase que lo hace puramente por necesidad económica, y que tiene que valerse de fármacos para conseguir una erección.
3. Hombres que desean experimentar su sexualidad: Hombres cuyo morbo es practicar conductas homosexuales. Algunos de ellos evitan el contacto sexual directo con hombres, pues se trata de una mezcla entre deseo y rechazo, y lo sustituyen experimentando con dildos, o incluso pidiendo a sus parejas mujeres el uso de juguetes sexuales que simulen un pene o puedan introducir en su ano.
Otros, incapaces de reprimir su curiosidad, se dejan penetrar por otros hombres, pero no se sienten atraídos por ellos.
4. Primerizos: La adolescencia, el deseo pdeor practicar sexo y la dificultad en mantener relaciones sexuales con el sexo femenino lleva a que muchos jóvenes se decidan a experimentar con otros hombres. Normalmente se suele tratar de masturbaciones o felaciones puntuales, besos, y caricias. Otros jóvenes van más lejos y practican el sexo completo.
En estos casos, según Kort, debemos considerar que el sexo solo responde a un simple ejercicio de satisfacción y que no siempre tiene continuidad, es decir el chico puede ser totalmente heterosexual en un futuro, relegando este episodio a una simple anécdota del pasado.
5. Falta del padre: Un episodio traumático por abandono de la figura paterna puede dar lugar a la búsqueda de esta figura en otro hombre. Se trata de hombres heterosexuales que buscan relaciones sexuales con hombres porque proyectan ese deseo por tener un hombre cerca, una figura masculina. Pero, una vez superado el trauma, puede ser reacio a seguir manteniendo relaciones homosexuales.
6. Atraídos sexualmente por hombres, pero emocional y románticamente por mujeres: Hombres que tienen noviazgos heterosexuales, pero cuyo deseo sexual más visceral es practicar sexo con hombres.
Se trata de hombres que se consideran heterosexuales, ya que se siente completos emocionalmente y sexualmente con mujeres, pero que tienen un incontrolable deseo de practicar sexo con hombres episódicamente, por los que no muestran interés emocional alguno.
7. Narcisistas: Hombres heterosexuales que viven absortos en sí mismos y tienen una necesidad constante de atención y aceptación por parte de los demás. En algunos casos, esta adoración y contemplación que demandan tiene que ser cubierta por otros hombres. Les gusta que hombres gays los miren, los deseen y los adoren.
No son realmente homosexuales, pero son adictos a las miradas de estos, y en algunos casos no dudan en acostarse con ellos, éxtasis de su paranoia en la que gozan viendo como otros suspiran poseyéndolos.
8. Adictos sexuales: Los adictos sexuales, conocidos como sátiros, pueden llegar a tener tanta necesidad sexual, aun no siendo homosexuales, que recurran a acostarse con otros hombres para saciar su apetito carnal.
9. Complacientes fantasiosos: Hombre obsesionados por complacer a sus parejas femeninas, quienes tienen la fantasía de que sus hombres mantengan relaciones sexuales con otros hombres delante de ellas.
Se suele tratar de hombres que sienten excitación en el papel de sumisión. Para estos hombres es placentero sentirse “humillados” por otro hombre mientras su pareja femenina los ve y les ordena.
10. Exhibicionismo: En este grupo están los culturistas o aficionados al gimnasio. Sería una variante del perfil narcisista, donde además se aúna la necesidad de comparar sus cuerpos. Este culto por el físico, el afán de coquetear entre ellos, estar más cachas y la necesidad mutua de sentir la admiración de otros hombres, puede dar lugar a que estos se presten a exhibir sus cuerpos desnudos ante otros hombres y, en algunos casos, acceder a practicar relaciones sexuales con ellos.
11. Necesidad sexual en la cárcel: Hombres que mientras están encarcelados deciden mantener relaciones sexuales con otros hombres. Resultado de la única opción para satisfacer su deseo sexual. Una vez en libertad, estos hombres suelen abandonar las prácticas homosexuales.