A estas alturas, Michael Hoffman no necesita presentación. Cada uno de sus vídeos es una pequeña joya de sexo amateur para los amantes del músculo, los tatuajes, el exhibicionismo y la heteroflexibilidad. Ayer compartíamos la que pensábamos que era su última pirueta sexual, pero nos equivocabamos: ¡Aún hay más!
Si en anteriores entregas nos sorprendió lamiendo su propia crema del placer, jugando con una amiga a los médicos o explorando su punto G, ahora vuelve al clásico ‘cinco contra uno’. Eso sí, Hoffman cada vez aparece más tatuado, más embrutecido y más crecido en todos los sentidos.