Érase una vez un iluso, una despechada y un tartamudo. No es una fábula milenaria, pero podría ser perfectamente la historia de Sandro, Rá y Vicente respectivamente, visto lo visto en el último capítulo de QQCCMH. La semana pasada ya adelantábamos que se avecinaba una traición gay entre los protagonistas, affaire de los dos pretendientes incluido. Pues bien, las cartas ya están sobre la mesa y ahora es Sandro quien tendrá que decidir qué hace en la gran final.
La historia nos traslada hasta el País Vasco, lugar donde se desencadenan los acontecimientos. Sandro decide expulsar a Rá y este ve el momento oportuno para soltar la bomba: “Vicente y yo nos liamos dos semanas”. El despecho ya es un hecho. Sandro, aferrado al ‘ojos que no ven, corazón que no siente’, quiere creer que “eso no es cierto”. Pero Rá no está dispuesto a que se le deje por mentiroso e invoca a los fallecidos: “Te juro por mi abuela que está muerta que me he liado con Vicente”. Toda la carne en el asador.
Giro de 180 grados y turno para Vicente, que ni afirma ni desmiente ni habla nuestro idioma. Los segundos en televisión son oro, pero él decide balbucear y tartamudear hasta la desesperación. “¿Te has liado con Rá?”, espeta Sandro, mientras su preferido pide a gritos un logopeda. Rá sentencia con un “ahora entenderás por qué me ha hecho la vida imposible y por qué me quería fuera” y abandona la escena. Y claro, como conversación no puede haber, nuestro tróspido decide confiar y fundirse en un beso con su finalista. ¿Todo aclarado?
Ni de broma. En el último capítulo, atisbamos una conversación entre Vicente y la madre de Sandro donde parece confesarle la traición. Ella, que ya le había recriminado que «no aguantas las mentiras», hará dudar aún más a su hijo, que ya no sabe dónde meterse. En 7 días, la resolución.