En 2011 llegó la primera denuncia, pero el entonces jefe de la Asesoría Jurídica de la Armada consideró que se trataba de una ‘cuestión particular’, que podía resolverse internamente, sin ponerlo en manos de la justicia. Durante una semana, el general auditor se reunió casi diariamente con el denunciado, a quien invitó a buscar otro destino a cambio de echarle ‘tierra al asunto’ y olvidar el percance. Se quería evitar a toda costa que un escándalo pudiese dañar la imagen de la Marina.
Pero intentar taparlo no fue una gran idea, porque el infante de Marina F.D.B. (iniciales del denunciante) acudió a la justicia. Ahora el teniente de Intendencia I.E.M. (iniciales del acusado) tendrá que sentarse en los próximos días en el banquillo para enfrentarse a una petición del fiscal de seis años y nueve meses de prisión, además de 21.000 euros de indemnización para sus presuntas víctimas. Mientras que la acusación particular eleva esta pena a siete años y seis meses y 26.000 euros.
Se le imputan dos delitos de abuso de autoridad, con trato degradante e inhumano, y otro de extralimitación en el ejercicio del mando.
El defensor pide la absolución de su cliente, por considerar que los escarceos sexuales con el infante de Marina fueron “libres, tolerados y consentidos”, mientras que con E.P. (iniciales del otro soldado de la acusación) sOo existió una “íntima amistad”, a pesar de que sus compañeros afirmen que “se comportaba como el novio del superior”.
Según la acusación, el teniente se valió de su posición de poder para “solicitar al soldado F.D.B. prestaciones de contenido sexual, amenazándole, si no accedía, con enviarle de vuelta a la AGRUMAD [Agrupación de Infantería de Marina de Madrid]”. De esta manera consiguió que el soldado le enviase una foto de su pene, y posteriormente, le obligó a “que se masturbase con él en la habitación del hotel, una vez lo hubo hecho, regresó a su habitación llorando y se abrazó a un compañero diciéndole que había perdido la dignidad”.
En cuanto al otro infante, E.P., añade que le propuso “como prueba de confianza” que subiese desnudo a su dormitorio, y en caso de que se negara lo amenazó con cesarlo de la Armada.
La defensa, por su parte, asegura que los SMS de móvil aportados al sumario están manipulados y alega que los soldados, lejos de estar amedrentados con la situación, mostraban “cariño, amistad y afecto” hacia el teniente. Y concluye que la denuncia es una venganza por el cese de uno de ellos.
De momento. el teniente está suspendido y se investigan tanto los supuestos delitos como los posibles intentos de tapar este abuso sexual por parte de la Armada española.