Un compañero me contó que se estaba circulando por Internet el vídeo de unos modelos desfilando desnudos sobre una pasarela de moda de Madrid. Los modelos –me explicó– caminan con un único complemento: un fantástico bolso de firma. Al momento me hizo llegar el artículo por mail. Aunque las imágenes eran jugosas por sí mismas –casi, casi como las del pintor de ‘brocha’ gorda– y estaba fechado a día de hoy, la falta de información y la descontextualización de la noticia me llamaron la atención. Quise saber más.
No tuve que indagar demasiado para saber que se trata de una performance de la artista catalana Alicia Framis –conocida por el carácter social de sus intervenciones y por priorizar el discurso semántico sin descuidar la estética en sus obra –, y que esta pieza en concreto supuso un escándalo en 2005.
Bajo el nombre de 8 de junio, las modelos libran, Framis quería dar a conocer su punto de vista sobre la moda, protestar por la forma en que se usa a la mujer en el mundo del glamour y las apariencias. Han pasado casi 10 años desde su estreno, pero el carácter reivindicativo y polémico de esta pieza de arte sigue estando vigente. Reflexión y morbo: dos en uno.