Entendemos por delitos de odio aquellos que tienen lugar cuando una persona ataca a otra en función de su grupo social, raza, género, identidad de género, religión, etnia, nacionalidad, ideología, discapacidad u orientación sexual.
El año 2014 se cerró con un total de 1.285 delitos de odio, de los cuales un 34,6% quedaron sin resolver, según respalda un informe presentado este martes por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
En este estudio se refleja que los delitos por razón de la orientación sexual e identidad de género son los más repetidos, los de homofobia, bifobia y transfobia, con 513 casos. Seguidos de los delitos racistas: 475. A discapacitados: 199. Por creencias religiosas: 63. Antisemitas: 24. Aporofobia, a las personas pobres y sin hogar: 11. Siendo estás dos últimas razones las que más han aumentado en este último año.
Los delitos de odio se distribuyen en estas seis categorías siguiendo una clasificación internacional establecida por la Agencia Europea de Derechos Humanos, según ha explicado Fernández Díaz, quien ha matizado que algunas de las conductas registradas en este informe tan solo son consideradas faltas administrativas en las leyes españolas, aunque se les llame delito en el estudio. Ha añadido además que para el año que viene se contabilizarán también los delitos relacionados con violencia de género y los delitos de motivación ideológica.
En cuanto a los datos comparados con años anteriores, los delitos de odio antisemita fueron los que más aumentaron un 700%, una cifra 8 veces mayor que en 2013. Aunque los delitos de LGTBfobia, con un 39%, y los de racismo, con un 37%, siguen ocupando los primeros puestos de la lista.
En general, los delitos de odio han aumentado un 9,6% de 2013 a 2014, una tendencia indeseada que, no obstante, se debe a que por primera vez se han integrado los resultados de todas las policías autonómicas. En este sentido, el ministro explica que los datos son más fidedignos a la realidad pero no se ha experimentado un auténtico repunte de estos casos.
En cuanto a las Comunidades Autónomas donde se producen más delitos e odio, a la cabeza están Andalucía, Cataluña, Valencia, Madrid y el País Vasco.
Para acabar con estos delitos, el ministro ha expuesto dos líneas básicas: dar más visibilidad social a estos delitos, para crear concienciación y sensibilización en la población, y una formación policial específica para que los agentes estén mejor preparados antes estos casos. Esta última medida, la policial, será implantada próximamente por la Policía de Madrid, como os contabamos en este artículo.
En la rueda de prensa, el ministro ha querido dejar constancia de su lucha contra estos delitos, y ha subrayado que mientras España se situaba a la cola en materia de transparencia de estos casos en 2011, en la actualidad se encuentra en los primeros puestos junto a Reino Unido, Suecia, Finlandia y Holanda.