Gazpacho de tomate y fresa con pimiento asado y una patata imitando la cabeza de un león. A priori, esta descripción no es muy elocuente, pero si nos trasladamos a la pasada gala de Masterchef, todos somos capaces de reconocer la receta de este plato: El león come gamba. Alberto, de 18 años, solo quería demostrar que era felino en la cocina, pero se equivocó a la hora de afrontar su creatividad. Memes mediante, la creación ya es un maremágnum social gracias a #leoncomegamba.
“He tenido problemas de cocción con la patata”, se lamentaba. Y los minutos delante del jurado sucedieron a fuego lento: “Esto es un insulto a mi inteligencia, ¿crees que el carácter me lo vas a demostrar con una patata cruda?”, argumentaba un Pepe enfurecido al grill. Por su parte, Jordi Cruz, más frío que el interior del plato que estaba juzgando, era todavía más directo: “No has entendido nada, en mi vida he visto una marranada como esta”. Nuestro protagonista tenía que comerse el veredicto con patatas tras meter la gamba: sería expulsado sin ni siquiera deliberación. Seguiremos siendo de Kevin y Carlos, lo más granado de esta edición.
Comenzaba su derrumbe ya en la entrevista personal con Eva González. “No creo que vuelva a cocinar”, explicaba Alberto con los ojos llenos de gazpacho de lágrimas decepcionantes. Su objetivo era declararse a la mujer que ama, pero la vergüenza iba a alimentar su oculta pasión. Algo había que comer.
¿Y sus compañeros? Estupor, sorpresa y ánimos encarnados en la voz experimentada de Encina: “Tienes vida para salir corriendo, novias, novios, los sanfermines, lo que venga”. No importa ni el sexo ni el plato, lo importante es seguir luchado por ser lo que quieres ser. Ánimo, Alberto.