Micha, un nombre elegido por el protagonista, que no quiere desvelar su nombre real, tiene 45 años y posee uno de los penes más grandes que jamás podrás ver. Podría tratarse de un miembro natural, pero no lo es. Micha se lo ha moldeado a su antojo a base de inyecciones de silicona.
El pene de Micha pesa casi 5 kg, y mide 22’9 cm de largo y 7’7 cm de ancho. Un atributo que le gusta lucir cuando tiene ocasión.
Nuestro protagonista frecuenta un club de sexo para hombres muy conocido de Berlín. El periodista de VICE se cita con él en un local lleno de los hombres desnudos y semidesnudos que pululan por allí en busca de escarceos sexuales. Un laberinto de pasillos, rincones, salas de juego, salas privadas y aseos. El aire huele a popper mezclado con humo y alcohol. Al fondo encuentra a Micha, que va vestido con un traje de látex que deja intuir la enorme protuberancia en su entrepierna. Se sienta con él, pide algo para romper el hielo y comienza la ronda de preguntas:
¿Por qué quisiste agrandar tu pene con inyecciones de silicona?
Es una larga historia, todo empezó cuando tenía 20 años y me regalaron una de esas bombas de vacío para agrandar el pene. Empecé a utilizarla a escondidas, y luego descubrí otras más modernas, la sensación me gustaba. Imagino que el aumento de mi pene se convirtió en una obsesión, y acabé haciendo uso de la silicona para ampliar su tamaño.
¿Puede explicarnos por qué se siente tan orgulloso de su pene?
Me encanta ser diferente, no uno más. Tengo la sensación de no haberme quedado atrapado en el cuerpo con el que nací, de que he tomado la decisión de modificarlo; de alguna forma, me he hecho a mí mismo, y eso es importante para mí.
¿Cuál fue el siguiente paso tras el uso de las bombas de vacío?
Después de utilizar distintas bombas para agrandar el pene, un día decidí probar con las inyecciones de cloruro estéril isotónico de sodio, que lo hicieron más grueso y consistente.
¿Qué experimentó tras ese primer cambio?
La sensación era genial, mi pene estaba más morcillón y su tamaño era considerable. Pero las inyecciones tenían un tiempo de vida, y la solución se eliminaba del cuerpo con el paso del tiempo. La gente empezó a peguntarme por qué un día tenía un gran bulto entre las piernas y al poco tiempo parecía que no tenía nada. Entonces, empecé a plantearme una opción más permanente.
¿Y es cuándo usted decide pasar de la solución salina a la silicona?
En realidad me llevo varios años tomar la decisión, las inyecciones de cloruro de sodio me proporcionaban buenos resultados, pero comenzaba a cansarme de tener que estar recurriendo continuamente a ellas. Fue un proceso lento, en cuestión de años comencé a inyectar silicona en mi pene y mi escroto. Cada vez que aumentaban de tamaño, me contentaba por un par de años, y luego quería más. Por el momento, me he sometido a cuatro procedimientos hasta llegar a este punto.
¿Cómo conseguiste llevar a cabo estos procedimientos?
Durante mucho tiempo, en Europa solo se podían conseguir inyecciones de silicona en Londres. Pero hace unos años, alguien comenzó a exportarlo a Berlín. Se trataba de un tipo que tenía una buena reputación, y que también se había inyectado a sí mismo. Me puse en contacto con él para informarme en qué consistía el procedimiento, en aquella misma época tenía un amigo que estudiaba medicina, se informó de cómo hacerlo y me puso las primeras inyecciones.
¿Cómo te sentiste después?
Nada más recibir las inyecciones pude notar como mi pene se tensaba, era una sensación más agradable que dolorosa. Al principio, la silicona resulta un cuerpo extraño en tu pene, pero con el tiempo la sensación desaparece.
¿Cómo se vive con un pene de estas dimensiones? ¿Da problemas?
Llevo una vida normal. Voy a trabajar, hago la compra, tomo algo en un bar con los amigos, voy al cine…, esas cosas. Por lo general, intento asegurarme de que el bulto no sea demasiado obvio, llevando pantalones anchos que lo disimulen. La mayor pega es la búsqueda de pantalones de mi talla, que no me aprieten en esa zona.
¿Afecta a su vida sexual?
Después de llegar a cierto tamaño no se pueden hacer ciertas cosas nunca más. Bueno, quiero decir que no se puede hacer con todo el mundo. Para llevar a cabo una penetración es necesario un buen tiempo de juegos previos para una dilatación que lo posibilite. Pero si es posible meter un brazo en prácticas como el fisting, también es posible introducir un pene de estas dimensiones, la dificultad es encontrar a alguien que tenga esa capacidad.
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