FOTOS: Miguel Ángel Fernández
“Sarna con gusto no pica”. Marisol Ayuso acaba de contar lo agotadora que es Pluto, una función que le obliga a estar casi dos horas en escena, aunque casi toda se la pasa oculta tras una máscara. No es esta una tragedia griega, todo lo contrario, pero por la manera en que Magüi Mira concibió este espectáculo estrenado en el festival de Mérida, todo el reparto permanece sobre las tablas de principio a fin. Y los sábados tienen dos funciones. Pues ahí está, tan contenta. Han pasado cuatro años desde que participó en otra comedia musical, Las de Caín, y está encantada de haber vuelto al teatro. “Aquella la hice en un descanso de la grabación de la serie. Yo no estaba ya para compaginar proyectos. A mis años no me arriesgo, que infartos no quiero, así que esas palizas las dejo para los jóvenes”. Una vez terminó Aída, se embarcó en esta aventura, protagonizada por Javier Gurruchaga, al mando de un impecable reparto coral que incluye a Marcial Álvarez, Jorge Roelas y Ana Labordeta. “Soy una privilegiada”, sentencia.
SHANGAY ⇒ ¿Qué es lo que más recuerdas de tus inicios?
MARISOL AYUSO ⇒ Empecé como bailarina a los 14 años, fíjate lo que ha llovido. Y como recordaba el otro día hablando con María José Alfonso, en aquella época, de los que nos dedicábamos al teatro se decía que ellas eran todas putas, y ellos, maricones. Tal cual. Era una España muy retrógrada, y mucha gente no entendía que la mayoría de los que nos dedicábamos a la interpretación éramos liberales, que no libertinos.
SHANGAY ⇒ ¿Qué tal llevas la popularidad que te ha legado Aída?
MARISOL AYUSO ⇒ Imagínate, ahora que estamos en el teatro en el barrio de La Latina, que está tan moda y lleno de gente joven. Cada día que salimos a tomar algo después de la función es horroroso: me piden una foto, y otra, y otra… Y en el teatro igual. Los jovencitos me descubrieron a través de la Eugenia, el personaje les encantaba. Y yo, pues muy contenta de que me conozca otro público. Lo único que me cansa es lo de las fotos. Pero me las piden con una ilusión tan grande que no puedo decir que no.
SHANGAY ⇒ ¿Te gustaba más firmar autógrafos que hacerte fotos?
MARISOL AYUSO ⇒ No firmaba yo muchos, no te creas. Alguna vez que otra te pedía un admirador, o unas señoras del público, que les firmaras el programa de mano de la función, pero poco más.
SHANGAY ⇒ También participaste en muchas ‘españoladas’ en los 70…
MARISOL AYUSO ⇒ Eran películas que divertían mucho a la gente, y en ellas trabajaban actores estupendos. Pienso que cualquier trabajo de los que he hecho me ha servido de algo, tanto los mejores como los peores. Son experiencias y vas aprendiendo de ellas, porque los actores no dejamos de aprender.
«MIENTRAS EL CUERPO AGUANTE, AQUÍ SEGUIRÉ. Y DE MOMENTO, AGUANTO COMO LA QUE MÁS»
SHANGAY ⇒ ¿Qué pensaste cuando te ofrecieron estrenar Pluto en Mérida?
MARISOL AYUSO ⇒ Dije “¡Madre mía!”. Magüi Mira me dijo que sabía que cantaba, y le dije que me defendía, porque he participado en muchos espectáculos musicales. Mientras no tuviera que cantar un aria…, y no era el caso. Nunca se me olvidará esa experiencia, no sabes lo que es pisar ese teatro, esa piedra. Ese anfiteatro está lleno de magia, sientes unas vibraciones muy especiales.
SHANGAY ⇒ La historia que cuenta Pluto no puede resultar más actual. Todos quieren embaucar al dios del dinero, interpretado por Javier Gurruchaga, para su propio beneficio. ¿A ti te ha movido alguna vez el dinero?
MARISOL AYUSO ⇒ No, porque no le doy más valor del que tiene. Dime tú cuándo hemos podido ahorrar los actores, muy pocos se lo pueden permitir. Cuando ganas mucho, guardas algo para cuando las cosas se tuerzan. A mí me sirve para vivir un poco mejor, para ayudar a quien lo necesite y poco más.
SHANGAY ⇒ De interpretar a una señora ordinaria de barrio en Aída has pasado a dar vida a una señorona griega…
MARISOL AYUSO ⇒ Fíjate el cambio. Aquí pertenezco a los ricos, a los mandamases, a los sinvergüenzas de la Grecia antigua. Y con su esclavo joven para que le dé gusto al cuerpo. Encima, vestida de Lorenzo Caprile, ¡que me ha hecho un traje tan bonito! Es un ser maravilloso. ¡A lo largo de mi vida he conocido ya a tantos homosexuales con tanto talento!
¿De verdad piensa que Eduardo Casanova es retorcido? ¿Pagaría en la vida real para que un jovencito le diera placer, como en Pluto?
SHANGAY ⇒ En los últimos años has compartido muchas horas de plató con un joven artista gay en Aída, Eduardo Casanova.
MARISOL AYUSO ⇒ ¡Mi Eduardo! ¡Otro talentazo! Ya le dije: “Cuidado, que todo lo que has ganado te lo estás gastando en tus cortos”. Recuerdo que Paco Valladares, con el que trabajé en Las de Caín, me decía que quería salir en uno de sus cortos, y se lo llegué a presentar en el teatro. Es un niño con mucha sensibilidad, con un gusto muy macabro y retorcido. Le digo que es peor que Pier Paolo Pasolini [risas]. Y luego tan guapo, con esos ojos tan bonitos. Era una pena que en Aída no se le vieran bien. Le pasaba también a Paco León, y a mí. Con las luces con que grabábamos no les sacaban partido a nuestros ojos…
SHANGAY ⇒ ¿Te ves, como en la función –o como sucedía en El eunuco con Alejo Sauras–, con un jovencito que te dé placer?
MARISOL AYUSO ⇒ No, no, no, para nada. Además, nunca me han gustado los jóvenes, ni cuando lo era yo también [risas]. No tengo ganas de hacer de Pigmalión; si viniera alguno, que sea ‘aprendidito’. Pero estoy muy a gusto sin nadie, así vivo más tranquila. Otra cosa es en el escenario, porque Cayetano [Fernández] es un cielo de niño y me siento muy cómoda con él. Tiene muchas ganas de aprender y yo de vez en cuando le doy consejos, que para eso tengo mucha más experiencia.
SHANGAY ⇒ Javier Gurruchaga está divertidísimo en su doble papel como Pluto y La Pobreza, que incluso le da para travestirse…
MARISOL AYUSO ⇒ Mis escenas favoritas son las suyas como La Pobreza, está genial interpretando a esa loca, con la peluca que lleva y todo. La música de la función además la ha compuesto él junto a Marco Rasa. Y el público responde de maravilla. Cuando la gente está muy animada, Javier se viene arriba, empezamos a hacer bises y terminamos muertos.
«¡HE CONOCIDO YA A TANTOS HOMOSEXUALES CON TALENTO!»
SHANGAY ⇒ ¿Tienes ya algún proyecto confirmado para cuando termines con Pluto?
MARISOL AYUSO ⇒ Me han llamado para hacer la temporada que viene en el Centro Dramático Nacional Los caciques, de Arniches. Hay otras cosas por ahí, pero nunca se sabe si saldrán o no.
SHANGAY ⇒ No tienes intención de parar, por lo que se ve.
MARISOL AYUSO ⇒ Como he trabajado desde muy joven, no sé estar sin hacerlo. En cuanto he tenido quince días de vacaciones ya necesito trabajar otra vez, verme en un plató o un escenario. Necesito saber que tengo que levantarme para hacer algo, que tengo un horario que cumplir. Soy de esas tontas a las que les divierte trabajar. Mientras el cuerpo aguante, aquí seguiré. Y de momento, aguanto como la que más. Hay que entregarse siempre, te duelan las muelas o tengas lumbago. Porque si no lo das todo, el público lo nota.
LA OBRA PLUTO SE REPRESENTA HASTA EL 3 DE MAYO EN EL TEATRO LA LATINA (PZA. DE LA CEBADA, 2) DE MADRID.