Es la historia que se repite, una teoría que muchas personas comparten y que a veces se hace realidad: el homófobo que resultó ser un gay reprimido. Por lo menos, algunos le ponen remedio a lo que hicieron.
James nunca estuvo seguro de su sexualidad, lo sabía desde sus 14 años o antes, pero nunca se atrevió a hablar del tema. Al contrario, él adoptó una actitud de rechazo, temía decepcionar a su padre, quien siempre mostró una intolerancia total hacia los homosexuales, haciendo continuos comentarios homófobos en el hogar de James. De este modo, negándose a sí mismo lo que era, se convirtió en el tirano hostigador que mantenía aterrado a otro compañero, también homosexual, llamado Nate.
Pero ahora James, adulto como es, y a gusto consigo mismo desde que reconociera su homosexualidad y se aceptara tal y como es, no ha podido olvidar el hostigamiento al que sometió a Nate en los años de escuela. Algo que no puede perdonarse.
Esta es la carta que le ha escrito:
«Hola a todos, para empezar dejadme que me presente, mi nombre es James. Yo solía acosar a otros estudiantes que parecían afeminados o que eran abiertamente gays. Yo era el típico matón cristiano homófobo.
Crecí en una familia cristiana, mi padre publicaba repetidamente imágenes y mensajes antigays y antidemocráticos en su Facebook. Siempre me enseñó que la homosexualidad estaba mal. Es por lo que creo que tenía esas ideas en la cabeza.
En la escuela había un estudiante, se llamaba Nate. Me gustaría pedirle disculpas por las cosas que le dije a Nate. Le llamaba constantemente ‘marica’, ‘maricón’, ‘chico gay’, ‘reina’ y todo tipo de cosas. Él no me había hecho nada, pero era como si yo tuviera miedo de él, así que recurría a insultos estúpidos. Lamentablemente, no he podido ponerme en contacto con él, no tiene Facebook y no vive cerca de mí. A todos los que estaban en mi situación o la de Nate, les pido disculpas, lo siento, perdón.
Para aquellos que están en mi situación, os sugiero que no recurráis a a la violencia verbal para enfrentar las cosas que os asustan y que aún no entiendes, hablar con la gente de una manera civilizada, y abrirse a ellos, este es el modo.
Ahora sé que soy gay, y creo que hostigué a Nate tanto porque tenía miedo de ser como él, tenía miedo de no ser el hombre fuerte y heterosexual que quería mi padre.
Si te encuentras en la situación de Nate, por favor, sé fuerte. Tú no has hecho nada malo, los que te insultan o acosan seguramente tienen problemas con su identidad. Yo estoy ahora aquí para ti y quiero que sepas que eres perfecto tal y como eres.
Por desgracia, no puedo disculparme con Nate ahora, pero si pudiera me gustaría decirle esto: Siento mucho todos los ataques verbales a los que te sometí, en verdad, yo siempre pensé que eras un chico genial y muy atractivo, y eso me frustraba. Siempre has sido tú el más fuerte entre nosotros, estabas orgulloso de ser tú mismo y siempre mantuviste la cabeza bien alta. Luchando y viviendo tu magnífica vida con quien tú querías y amabas. Mis pensamientos están ahora contigo, por favor, sé fuerte«.
No sabemos si Nate recibirá algún día este mensaje, pues James lo escribió en un foro como quien lanza una botella al océano, pero quizás las corrientes quieran que Nate reciba sus disculpas, más vale tarde que nunca.
Lo cierto es que James tuvo el valor de reconocer sus errores 4 años más tarde y pedir disculpas. Pensamos que al menos esto podrá servir de ejemplo a otros, y tal vez, aliviar un poco la culpa que siente por lo que hizo.
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