La bomba atómica de Hiroshima es un dardo perfumado al lado de la gran trama homosexual vivida en Sálvame el viernes pasado. Belén Esteban, ya sin su “Míguel” y a la espera de ir con su Andrea a un concierto de Justin Bieber expediente inmaculado en mano, abandonó por un momento su tono conciliador para desatar una nueva trama supuestamente vivida en la casa de GH VIP.
La ganadora del reality de Telecinco confesaba, no sabemos muy bien si para quitarse de encima parte de la presión mediática, que Kiko Rivera culpaba a Sálvame y “al maricón de su presentador” de que su madre hubiera ingresado en prisión. Apagando el fuego con gasolina. El plató se convertía en una olla a presión y no precisamente por el calor de los focos.
No obstante, lejos de generar sorpresa, las palabras de la Esteban solo sirvieron como excusa perfecta para que Jorge Javier Vázquez sacase la ira que contenía. “Me he callado por respeto a tu madre. Sé que probablemente tendrás que volver a este programa de mierda, que es lo que consideras, para seguir pagando tus deudas. Pero no puedo evitar decir que eres un ser despreciable», argumentaba el presentador.
Eso sí, unos segundos antes, el propio periodista mandaba un órdago libre de interpretación y lleno de polémica: «Me parece lamentable que utilices ese adjetivo con lo que tienes en casa», sentenciaba mirando a cámara. La trama está servida, y con ella es posible que más de uno tenga ya las pupilas con el símbolo del dólar estampado. El negocio promete más capítulos.
Los micrófonos buscaron al Dj durante todo el fin de semana hasta que por fin le encontraron en la tarde de ayer: «De Jorge no he dicho nada. Le tengo mucho cariño y no diría nada contra él». Parco en palabas, dejaba dos titulares más: «Belén ha mentido» y «nos veremos en los tribunales». Preparen el streaming que hará falta en los juzgados.