La eterna belleza de un icono llamado Marisol

Temas: Diva, Entrevista, Fotos

Sylvie Imbert cayó rendida ante la fotogenia de Pepa Flores al poco de llegar a España desde su Francia natal, en plena Transición. «Solo había dos canales de televisión, y con frecuencia ponían películas de Marisol. No sé si se puede llamar fascinación lo que sentía al verla, pero sí admiración. Tiene una belleza increíble y una mirada cautivadora». Es una de las razones por las que, tres décadas después de retirarse de la farándula, Pepa Flores mantiene vivo su hechizo, y el de Marisol, ese álter ego al que decidió renunciar en su momento de mayor gloria comercial. «Una vez se retiró de la vida pública, como actriz y como cantante, lo llevó hasta su máxima consecuencia. De ahí el nacimiento del mito».

Imbert forma parte de la gran familia del cine español desde hace décadas. Excelente maquilladora –ganó un Goya al mejor maquillaje por Blancanieves–, es también una fotógrafa muy interesante. Durante años pudo compaginar sus dos grandes pasiones en Málaga, la tierra natal de Pepa Flores. Llevaba la suite de maquillaje del Festival de cine español –para poner guapas a todas las estrellas que pasan por él– y también comisariaba algunas de las exposiciones que se programaban, relacionadas siempre con el cine español («aunque eso no lo sabía nadie»). Hace ocho años propuso una exposición de retratos de Marisol del que fue su fotógrafo de cabecera durante más de una década, entre los 60 y los 70, César Lucas. El festival le fue dando largas durante varios años, y al final dejó de insistir. Hasta que el año pasado se lo propuso a Salomón Castiel, director de La Térmica, que se mostró entusiasmado con la idea, que ya es una realidad titulada Marisol: el resplandor de un mito.

Hay un elemento de las fotos de Marisol que Imbert quiere destacar por encima de todos: «La modernidad que llevan dentro. Si no fuera porque todos sabemos que forman partes de la memoria fotográfica y cinematográfica de este país, podríamos pensar que son fotos actuales». Sylvie alaba el gran talento de su autor, el veterano César Lucas. «Es un gran fotoperiodista, que retrató a Marisol en todas sus épocas. Yo quise centrarme en las fotografías que le hizo como fotógrafo personal, entre 1963 y 1974. Pero no seguí un criterio cronológico, porque ni el propio César recuerda de cuándo son algunas fotos, ¡le hizo tantas! Me guié por criterios estéticos para seleccionarlas».

Con esta exposición, su comisaria ha querido rendir tributo tanto a la estrella que la protagoniza como al hombre que la inmortalizó. «Es un tributo al arte indudable del fotógrafo que capta en segundos una imagen que quedará para siempre. Y también es un homenaje a Marisol, icono del cine español, y a su fotogenia, a ese magnetismo que ejerce en gente de gustos y generaciones distintos. No es tanto un tributo al mito conocido, sino más bien al mito reconocido».

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