“Apuesto por la igualdad en todos los sentidos”. Pocas veces un mensaje quedará tan claro. La lucha de Sandra Barneda contra la intolerancia en materia LGTB es de sobra conocida. Eso sí, nunca antes la habíamos escuchado hablar tan alto y tan claro.
En una entrevista concedida a FormulaTV, la presentadora de Un tiempo nuevo explica cómo su condicional sexual le ha perjudicado en el ámbito profesional. Que se la haya “mirado mal dentro de muchos trabajos” y “preguntado directamente en un despacho” son dos hechos que lamenta profundamente. También lamenta que el hecho de ser lesbiana fuese noticia en su día: “A mí me sacó del armario un medio de comunicación a través de una entrevista que yo di profesional, y me sacó del armario”.
“¿Cuántas veces tengo que salir del armario?”, se pregunta irónicamente. Y es que Barneda, que ya es una bandera pública a favor de la diversidad, quiere partir de la normalidad “aunque en este tema no exista”. Ni mucho menos recibir tratamiento como si de referente: “No soy un icono, soy una persona que ha llegado un momento en que estoy harta”.
Dos apuntes sobre cómo se las gasta. No duda en criticar a cierto sector de su profesión si con ello puede construir un panorama mejor. “Durante dos años y medio, Internet estaba plagada de noticias donde se decía que me había casado y no me he casado nunca, tampoco me preguntaron”, se resigna.
¿Y cuando tu ética periodística entra en conflicto con la línea editorial? Siempre apuesta por lo primero. “En Telemadrid fui la primera que dije que había que abrir con el matrimonio homosexual el día que se aprobó”. Al fin y al cabo, la ley “llegó antes que la aceptación social”, fue celebrada por la periodista “en una carroza del orgullo gay, una manifestación histórica”. Cualquiera le tose.
Ella reivindicará siempre la igualdad, pues ha sido “coherente” toda su vida e intentará que ser homosexual no sea una etiqueta. “Me duele que los homosexuales vayamos con un subtítulo por la vida”, comenta con tristeza, al tiempo que se cuestiona “cuándo vamos a entrar de verdad en el siglo XXI y dejar de aplastar a las minorías”. Tratar de adivinarlo es ciencia ficción. Mientras, es de agradecer que haya llamamientos como el suyo.
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