Un último deseo: casarse antes de morir

Lee está en la fase terminal de una enfermedad pulmonar que acelera su cuenta atrás. Le quedan apenas unas semanas de vida y, antes de morir, Lee quería cumplir su sueño: casarse con Sandra. Ambas comparten vida desde hace 8 años en un país, Australia, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo sigue siendo […]

6 mayo, 2015
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Lee está en la fase terminal de una enfermedad pulmonar que acelera su cuenta atrás. Le quedan apenas unas semanas de vida y, antes de morir, Lee quería cumplir su sueño: casarse con Sandra. Ambas comparten vida desde hace 8 años en un país, Australia, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo sigue siendo ilegal.

El tiempo se agotaba y cumplir la última voluntad de la pareja se volvía una misión casi imposible. Casi. Una vez más, la desesperación vuelve a sacar lo mejor de cada ser humano. Su propósito era viajar a Nueva Zelanda para llevar a cabo su sueño, pero los problemas económicos de estas dos enfermeras se lo impedían: “Hemos tenido que vender nuestra caravana para pagar el funeral de Lee”, cuenta Sandra al portal Buzzfeed.

Un último deseo: casarse antes de morir

No obstante, una exitosa campaña de crowdfunding les ha permitido recaudar 8.000 dólares, cifra suficiente para que se puedan dar el sí quiero. “Estamos exuberantes, no encuentro palabras, la gente se ha rascado el bolsillo de forma tan generosa…”, contaban las protagonistas. El coste total del vuelo, alojamiento y ceremonia estaba calculado en unos 6500 dólares y se llevará a cabo en Rotorua, cuna de la cultura aborigen de Oceanía. “Ambas tenemos ascendencia Maorí, por lo que será todavía más especial”, destacan.

Se conocieron hace 30 años, cuando Sandra le pidió trabajo a Lee en el sector de la agricultura. “Creo que se enamoró de mí entonces, hemos sido mejores amigas hasta que me divorcié hace 8 años, cuando conectamos y comenzamos la relación”, explica Sandra. Viajarán a Nueva Zelanda la próxima semana con la mala noticia de que Lee se encuentra cada vez peor. Mientras, en Australia, el parlamento no da luz verde al matrimonio gay pese a que el 72% de la población sí esta a favor de que se normalice la situación. Lee, lamentablemente, ya no podrá verlo, pero seguro que disfrutará de lo que le queda junto a su mujer. Enhorabuena.

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