Róisín Murphy: “Soy una artista extravagante"

“Esto es lo más parecido a un nuevo comienzo para mí”. Con estas palabras arranca Róisín Murphy nuestra conversación. Tan pausada, educada e irónica como siempre, afronta con muchas ganas esta nueva etapa, marcada por su primer álbum en ocho años, el recién editado Hairless Toys. Entre Overpowered y este ha habido numerosas colaboraciones con […]

Róisín Murphy: “Soy una artista extravagante"
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

14 mayo, 2015
Se lee en 8 minutos

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“Esto es lo más parecido a un nuevo comienzo para mí”. Con estas palabras arranca Róisín Murphy nuestra conversación. Tan pausada, educada e irónica como siempre, afronta con muchas ganas esta nueva etapa, marcada por su primer álbum en ocho años, el recién editado Hairless Toys.

Entre Overpowered y este ha habido numerosas colaboraciones con distintos productores electrónicos y, recientemente, un EP con versiones de clásicos italianos, Mi senti. ¿Cómo se siente en este momento? “Con nuevas energías, reforzada. Estoy disfrutando mucho este momento concreto de mi carrera”, asegura. “Haber estado todo este tiempo sin dar conciertos, sin crear un álbum, sin pensar en mi imagen, sin grabar vídeos ni conceder apenas entrevistas ha dado como resultado que esté encantada de enfrentarme otra vez a todo ello”.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué dejaste pasar tanto tiempo desde Overpowered?
RÓISÍN MURPHY
⇒ Porque no he sido consciente de ello. El tiempo vuela, y cuando me quise dar cuenta habían pasado ocho años. En este tiempo he tenido dos hijos, que llevan su proceso: casi un año de ‘cocción’ y después otro al menos para tener claro qué hacer con ellos.

Rompí con el padre del primero, lo cual fue muy doloroso, y también me llevó un tiempo superarlo. Cuando lo hice, volví a enamorarme [de su actual pareja, el productor italiano Sebastiano Properzi], estuve flotando durante un tiempo y concebimos a mi segundo hijo. No necesitaba nada más: el amor, mis hijos y mi hogar me hacían muy feliz. Cuando lo he necesitado he vuelto a centrarme en la música.

SHANGAY ⇒ ¿Fue tu actual pareja el principal causante de que te animaras a grabar un EP de versiones en italiano?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ Sin duda. Sentirme locamente enamorada de un italiano fue motivo más que suficiente para inspirarme a hacerlo, y para que él lo produjera. Fue un desafío tremendo a todos los niveles: no solo por el idioma y el esfuerzo que me supuso lograr una pronunciación lo más correcta posible, también a nivel musical.

Decidí versionar canciones grabadas por artistas que eran auténticos virtuosos, con unos rangos de voz increíbles, y tuve que ajustar el mío a temas que no fueron compuestos para mí. Mereció la pena el esfuerzo, me hizo aprender muchísimo sobre mi voz.

SHANGAY ⇒ ¿Disfrutas poniendo a prueba tu instrumento?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ Sí, porque me gustan los desafíos a todos los niveles. Siempre que no impliquen dolor o agotamiento, claro. No puedo decir que me encante ponerme a prueba, a todos nos resulta duro salir de nuestra zona de confort, pero hacerlo te carga las pilas de un modo increíble.


«EL PÚBLICO GAY ME AYUDÓ A ENCONTRAR MI LUGAR EN EL MUNDO»


SHANGAY ⇒ Con Hairless Toys pones a prueba al oyente, que nunca sabe qué esperar del siguiente tema: si será discotequero o jazzístico, más electrónico u orgánico… ¿Te propusiste grabar un álbum poliédrico?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒  No tenía un plan marcado, así que fui dejando que saliesen canciones de manera natural. No tenía referencias en mente, ni me llevé discos al estudio que quisiera usar como inspiración para ponérselos a Eddie [Stevens] para buscar un estilo concreto. Nos metimos a grabar y trabajamos sin parar, pasando de una canción a otra sin detenernos demasiado a pensar ni a retocarlo todo al máximo. Ha sido muy placentero.

SHANGAY ⇒ ¿Preferiste trabajar con un único productor esta vez?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ No tenía otra opción, estoy en un momento muy distinto al de Overpowered. Entonces tenía detrás a EMI, que me permitía viajar por todo el mundo continuamente, contar con muchísima gente con la que ir dando forma a cada canción…, las cosas que haces cuando estás en una gran compañía.

Esta vez todo es distinto: quise centrarme en hacer el disco que estaba a mi alcance, esperando a ser concebido; con cualquier otra fórmula dudo de que hubiese podido salir nada bueno. Con Eddie he vivido innumerables experiencias musicales a lo largo de más de veinte años, y este era el momento perfecto para hacer un disco juntos.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ves al mirar atrás la época de Overpowered, ese momento en que jugaste a ser una intérprete más exuberante y excesiva que nunca?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ Fue divertidísimo ejercer de diva glamourosa del pop a lo grande [risas]. Ahora ni siquiera tengo claro cuál va a ser la estética de los conciertos de esta gira. Todo irá fluyendo, como pasó con Overpowered: a lo largo de los primeros seis meses de gira fui construyendo el espectáculo. Nunca trabajo con un director creativo, yo me responsabilizo también de esa labor, y me gusta ir pasito a pasito.

Róisín Murphy: “Soy una artista extravagante"

SHANGAY ⇒ ¿Son tus ansias de autosuficiencia creativa las que te llevaron a dirigir el vídeo de Exploitation?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ En realidad, me motivó la envidia que me daban otros artistas a los que había visto dirigir sus propios vídeos. Llegó un momento en que vi claro que debía echarle huevos y atreverme, para no lamentarme el resto de mi vida de no haberlo hecho. No sabes la de noches en vela que pasé una vez que tomé la decisión…

SHANGAY ⇒ Björk se quejaba recientemente de que, aunque ella sea la principal artífice de sus proyectos, los hombres con los que colabora siempre se llevan gran parte de la atención mediática… ¿Consideras tú, como ella, que a una mujer le cuesta el doble de esfuerzo que se reconozca su trabajo?
RÓISÍN MURPHY 
⇒ Yo creo que a ella se le reconoce de un modo unánime que es un genio. En mi caso, no querría que se minusvaloraran tampoco las aportaciones de mis colaboradores. Creo que elegir al colaborador perfecto en el momento adecuado es un arte. Si tú no tienes criterio puedes terminar trabajando con gente que no tiene ni idea…

Lo que está claro es que la industria musical sigue siendo muy sexista. Conozco a muchas mujeres que dirigen películas, cortos y anuncios. ¿Y que hagan música? Solo a una, Leila. Es raro, ¿no?

SHANGAY ⇒ ¿A qué lo achacas?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ A que desde que somos pequeños nos inculcan cosas muy distintas a las niñas que a los niños. Es algo que veo ahora con mis hijos. A las niñas se las invita a perder el tiempo soñando con un puto príncipe azul que tiene que aparecer en un caballo blanco. ¡Eso nunca va a pasar, sé lo que digo! [risas]. Igual que se imponen unos códigos de género muy estrictos que te hacen pensar que nuestra sociedad no ha evolucionado tanto como debería.


«EJERCER DE DIVA SENCILLA ME RESULTA COMPLICADO»


SHANGAY ⇒ El primer tema de tu álbum, Gone Fishing, te lo inspiraron los protagonistas del mítico documental Paris Is Burning, precisamente protagonizado por gays, travestis y transexuales que desafiaban los roles impuestos por la identidad sexual y el género. ¿Por qué?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ Porque me fascina cada fotograma de esa película. Para mí fue como si estuviese componiendo la canción para un musical inspirado en ella. Creo que tiene sentido que me identifique con la exuberancia que transmiten sus protagonistas, porque soy una intérprete extravagante que procuro transmitir muchas emociones a través de mis actuaciones. Y que muchas veces combino elementos que en teoría no casan sin importarme.

Me maravilla cómo en Paris Is Burning ves a toda esa gente que ofrece actuaciones impecables, chispeantes, expansivas, tras las que se oculta muchísimo dolor vital y oscuridad. Yo también busco siempre una complejidad y autenticidad similares cuando actúo.

SHANGAY ⇒ Es un nuevo guiño en tu carrera hacia la comunidad LGTB…
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ La comunicación tardó en establecerse más de lo que yo hubiera querido. Cuando empezamos con Moloko en los 90 era un momento en que el trip-hop triunfaba, un universo en donde todo el mundo era muy serio, y en el mundo indie se rechazaba el glamour y el espectáculo. En nuestros primeros conciertos el público no nos pillaba, no entendían nuestro juego, ni pensaban que se debía tomar en serio a un grupo que pretendía hacerte bailar.

En cuanto empezó a venir gente gay fue cuando los conciertos comenzaron a ser realmente divertidos: entonces ya podía mirar al público de tú a tú y la comunicación era perfecta. Los gays me veían como a una zorra descarada y extravagante, y yo encantada de serlo, siempre les he estado muy agradecida por entenderme. Siempre me han hecho sentir como en casa vaya donde vaya, y me ayudaron a encontrar mi lugar en el mundo.

SHANGAY ⇒ En tu nuevo álbum, la diva disco te vuelve a salir en Evil Eyes, después de haberla sacado de nuevo a pasear en singles puntuales como Jealousy o Simulation. ¿Cuántas sombras de diva te quedan por explorar?
RÓISÍN MURPHY
 ⇒ Quiero pensar que muchas. En el álbum ha salido de forma inconsciente, fruto de un trabajo experimental. En los otros temas que citas fue muy distinto. En ellos trabajé con Parrot, que es una enciclopedia viviente de la música disco y el house, y que tenía muy claro en qué referentes quería que me fijase para cantarlos. En mi caso, hace falta mucha disciplina para sacar adelante retos así porque me obligan a contenerme un poco y no volverme loca. Ejercer de diva sencilla me resulta mucho más complicado.


EL ÁLBUM HAIRLESS TOYS ESTÁ EDITADO POR PIAS. RÓISÍN MURPHY ACTÚA EL 19 DE JUNIO EN SÓNAR DE NOCHE (FIRA GRAN VIA L’HOSPITALET) EN BARCELONA.


 

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