“Apoyo a familias con necesidades especiales”. Es difícil de comprender la necesidad de etiquetar al colectivo LGTB dentro de parámetros discriminatorios aunque, si nos referimos al Gobierno del Partido Popular, tal vez no resulte tan extraño. De la noche a la mañana nos encontramos con que hay “familias con problemas” si el concepto de familia tradicional no se cumple a rajatabla.
“La siguiente línea es el apoyo a familias con necesidades especiales, y ahí hemos querido abarcar todo el rico panorama de familias y de problemas diversos: familias que tienen enfermos graves, familias con mayores, familias inmigrantes, familias de empleados españoles en el servicio exterior, familias de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales… Nuevas formas familiares”. Estas eran las desafortunadas palabras del Ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, durante el Consejo de Ministros del viernes pasado, cuando se aprobó el Plan Integral de Apoyo a la Familia (PIAF). Un paquete de 225 medidas de las cuales 58 se dirigen a “todos esos colectivos, a esas particularidades de familias que tienen unas necesidades adicionales o diferentes del modelo más numeroso en España”, explicaba Alonso.
Ya en su día, asociaciones LGTB mostraban su enfado por no ser incluidos en el primer borrador del plan, recibido hace meses. Ahora, ya en la resolución definitiva, el gobierno encontraba esta peculiar forma de dar cabida a su petición. Y encima habrá que agradecérselo. Siempre te acostarás aprendiendo algo nuevo, y esta vez nos ha tocado descubrir que la condición sexual te lleva directamente a tener problemas a la hora de educar a tus hijos. A veces es peor el remedio que la enfermedad.
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