Está harto Shamir Bailey de que no se le trate como un adulto en toda regla, y su llamada de atención es este deslumbrante debut. Lo deja claro en Make a Scene, que viene a ser un cruce delirante entre Groove Is In The Heart de Deee-Lite y I Wanna Go de Britney Spears: acid house pop de primera. Aunque no deberíamos utilizar etiquetas y respetar el deseo de Shamir, que huye de definiciones, a nivel artístico y de género.
Solo utiliza Shamir un calificativo para definirse: ‘ratchet’. Es decir, una combinación de ramalazo gueto populachero y sofisticación underground. Ratchet tiene lo mejor de ambos mundos, es desafiante y atrevido a la vez que comercial y pegadizo. El productor Nick Sylvester saca todo el partido de la original voz de Shamir, que llama la atención no solo por su manera de cantar, también por sus reflexiones de juventud. Como Giorgio Moroder hizo con Donna Summer, o Matt Goias con Fannypack, Sylvester sabe cómo vehicular el discurso y el magnetismo de Shamir, en un disco concebido a la antigua usanza, con caras A y B bien definidas.
El insinuante medio tiempo Vegas nos pone en situación, y Shamir alterna temazos bailables, como el ácido Call It Off y Head in The Clouds, puro feel good house, con cortes más introspectivos que van de Youth (Herbert meets Jessica 6) a baladones como Demon y la turbadora Darker, donde más clara queda su indefinición: en ella borra fronteras no solo entre hombre y mujer, también entre potencia y fragilidad.
NOTA: 8,5