10 verdades como templos de Antonia San Juan

Temas: Cine, Diva, Teatro

 

1. Sobre las muchas mujeres distintas a las que da vida en sus one woman shows:
“Me aportan mucho constantemente. Soy tomada por todas ellas, empiezan a hablar por mi boca, y cuando terminan yo misma me sorprendo y pienso ‘¡fíjate esta, las cosas que ha dicho!‘’. Supongo que es como cuando uno escribe, que llega un punto en que los personaje empiezan a hablar por sí solos. Pues a estas mujeres les pasa igual; aunque unas veces están más cáusticas y otras, más tranquilitas”.

2. Por qué tiene tanto apego a los espectáculos unipersonales:
“Hay una línea de trabajo que siempre voy a mantener, al igual que ha hecho, por ejemplo, Nacha Guevara. Hago espectáculos unipersonales por montones de razones: porque me permiten levantarme a la hora que quiera y ponerme a ensayar, porque no tengo que depender de nada ni de nadie para seguir investigando un personaje…”.

3. Sobre por qué no se ha vuelto esquizofrénica después de tanto practicar la personalidad múltiple:
“El psicoanálisis me libró de la locura”.

4. Sobre por qué dejó de ser una de las cabareteras más activas de la noche madrileña.
“De eso no han pasado miles de años, ¡sino dos miles! Estoy bastante retirada de la noche, llegó un momento en que me cansé. Siempre he sido bastante diurna, y la noche para mí era una forma de trabajo, así que cuando terminaba de actuar me iba a casa. Ni bebía ni tomaba nada, estaba un poco fuera de todo eso. Y para integrarse en la noche, uno tiene que beber un algo… vivirla, vamos”.

5. Sobre por qué nunca le entra miedo antes de estrenar.
“Nunca me planteo el fracaso. Si lo haces, no tiras para adelante. Lo único que me planteo es que quiero estar brillante y que debo echar muchas horas de estudio. Es la mecánica que llevo desde hace treinta años. Toda mi vida me he tomado esto muy en serio, incluso cuando representaba a las cinco de la mañana en un bar Doña Rosita la soltera. Mi único afán ha sido siempre el de seducir encima del escenario. Que cuando termine la función el público diga ‘¡Qué bien trabaja!”.

6. Sobre su espíritu aventurero.
“Lo tenía con 20, con 30, con 40 y lo sigo teniendo con 50. Cada vez más, noto que la gente me quiere. Lo veo por la calle, en Twitter, en todas partes. En general, a la gente le caigo bien, y los personajes que hago triunfan. Aunque sé que no puedo gustar a todo el mundo, es una perversión pretenderlo”.

7. Sobre los extraños efectos de la popularidad.
“Soy ‘la popular desconocida’. Todo el mundo cree saber cómo soy, y me identifican siempre con el personaje que hago en cada momento, pero en realidad no me conoce nadie. Es la fama la que nos utiliza a nosotros. Cuando presento una película, por ejemplo, lo que quiero es que la gente la vea, no que se acerquen exclusivamente a pedirme un autógrafo”.

8. Sobre lo polifacética que es.
“En todo lo relacionado con el arte me tiro a la piscina de cabeza. Mi afán es no repetirme y ser lo más camaleónica posible. Mi punto débil es bailar, para eso sí soy bastante lerda”.

9. Sobre el momento que vivimos.
“Estamos yendo hacia atrás. Hace veinte años, cuando nació Shangay, vivimos un gran momento de esplendor, había más libertad. No es una fantasía, es una gran realidad. Con el modo en que se está asesinando la cultura, tardaremos mucho en evolucionar”.

10. Sobre por qué no quiere ser abanderada de nada ni ejemplo de visibilidad para nadie.
“Seas homosexual, bisexual, transexual o polisexual, si ocupas un lugar en el ámbito social todo el mundo te respeta. Por eso no creo en las banderas ni en la visibilidad de nada. Lo que me hace excepcional es que no hablo de mi vida, pero permito que todo el mundo especule. Yo vivo con normalidad; la anormalidad la veo en quienes no están interesados en mi discurso y por eso quieren convertirme en un ser marginal, y eso no se lo permito a nadie”.